El pasado martes, ante la alerta naranja por lluvias, el equipo de dirección del CEIP Sant Jordi tuvo que pedir a los padres de los alumnos que evitaran llevar a sus hijos al comedor, que se encuentra en un aula prefabricada, por culpa de la acumulación de agua por las lluvias de estos días. «Niños de 3 hasta los 11 años tienen que cruzar la calle para ir al aula prefabricada pero se acumula tanta agua que los alumnos acaban empapados», dice Antonia Bibiloni, directora del centro escolar.
Uno de los padres señalan que «el tema es que no se inundan las aulas prefabricadas. No ha pasado nunca porque están elevadas. El problema es que el agua baja por la cuesta y cuando los niños atraviesan la calle, los niños se empapan». Tanto padres como profesores estaban preocupados esta semana por la alerta naranja de lluvia, por lo que muchos progenitores no llevaron a sus hijos al comedor, para evitar atravesar la acumulación de agua. «Aquí no hay alcantarilla de aguas. Tenemos normalizado que el agua de la lluvia solo pueda ir por la carretera. Cuando llueve mucho las calles son ríos», dice un vecino de Sant Jordi.
Bibiloni aseguró que «hace diez años está aprobado un nuevo colegio. Las aulas prefabricadas llegaron de manera provisional y ya llevan allí hace 14 años. Tenemos dos aulas prefabricadas, una para el comedor, que acoge a 40 alumnos, y un aula de psicomotrocidad de infantil».
La directora del colegio aseguró que «tenemos una entrada muy pronunciada para llegar a las aulas y el agua corre a tope. Cuando cruzamos nos llega el agua hasta la mitad de las piernas. De hecho no tenemos fotos ni videos porque vamos corriendo para que los niños se mojen lo menos posible».