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Bar Marítimo: un emblema de Palma condenado al olvido

La pandemia y la reforma del Paseo Marítimo condujeron a su cierre y abandono tras más de siete décadas atendiendo a miles de residentes y turistas

Imagen actual de lo que fue el local del Bar Marítimo y, más tarde, el Nou Marítim.

| Palma |

Escondido tras las verjas que camuflan las largas y llamativas obras del nuevo Paseo Marítimo, más concretamente en el tramo que comprende los bajos de los visibles y emblemáticos molinos del Jonquet y la hoy en construcción futura plaza de Santo Domingo de la Calzada, yace el que fue uno de los establecimientos de restauración más populares y conocidos de la capital mallorquina. Además de parte del paisaje de la primera línea de la capital mallorquina en su fase de crecimiento.

Con su luminoso medio caído, las barreras bajadas, algunas humedades y mucho polvo y suciedad en su interior, montones de gravilla, tierra y materiales de construcción se agolpan en lo que fue su acceso y el grueso de la terraza que era el gran atractivo del Bar Marítimo, que tras más de siete décadas atendiendo a miles de residentes -muchos clientes habituales y familas- y turistas, espera al final de la remodelación del Paseo Marítimo para saber qué será definitivamente de su futuro.

Terraza superior del Nou Marítim, al pie del Jonquet.

Desde Autoritat Portuària confirmaron a Última Hora que la concesión de su espectacular e icónica terraza se encuentra anulada. Desde su cierre, a principios de 2022 -víctima de la pandemia y la compleja coyuntura económica-, cuando el propietario del local, el empresario Jaume Cunill, se vio obligado a recurrir al ERTE de su plantilla, en ese espacio lleno anteriormente de vida reina el silencio, sólo roto por las máquinas de las obras del Paseo Marítimo. La incertidumbre define el futuro del local, que parece condenado a pasar a la historia ante la falta de respuestas por parte de las instituciones.

Fotografía de los orígenes del Bar Marítimo.

La historia del Bar Marítimo se remonta a 1951, cuando abrió sus puertas, aunque lo hiciera a unos cuantos metros de su última y más conocida ubicación, donde actualmente se encuentra el Hard Rock Café. Tres años después, se instaló en su marco histórico. Francisco Alemany Roca fue su fundador, pasando después a manos de Pedro Martínez y Rosa Alemany, quienes a su vez lo dejaron en manos de sus hijos (Paco y Benito Martínez Alemany, ahora enrolados en otros negocios de hostelería), paso previo a la llegada de Jaume Cunill.

Las obras del Paseo Marítim, invadiendo lo que fue la terraza del antiguo Bar Marítimo.

Bajo la denominación de Nou Marítim, cuyo luminoso apenas aguanta en pie con algunas de sus letras, vivió su última etapa antes de echar el cierre de manera indefinida, abocado por la reforma del Paseo Marítimo a un destino lleno de interrogantes. Y, aunque camuflado por toda la parafernalia de las obras, algunos todavía rememoran lo que fue y recuperan recuerdos de un bar que fue un punto de encuentro para varias generaciones y que llegó a recibir distinciones a nivel insular y nacional por su trayectoria y recorrido.

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