«A Catalina le han cerrado las ventanas». Así de contundentes se muestran los residentes de la calle Berenguer de Tornamira, que están en pie de guerra contra el edificio vecino del Passeig Mallorca. Y de momento, parece que los primeros han ganado la batalla. La culpa es de un añadido de un restaurante en el Passeig Mallorca 8, conocido como Picco y que anteriormente fue la hamburguesería Click. Este restaurante, situado en la planta baja de Passeig Mallorca 8, añadió una planta que se convirtió en un salón para los clientes. La edificación hace esquina con el inmueble de la calle Berenguer de Tornamira 6B.
El aumento de una planta en el Passeig Mallorca ha tapiado las ventanas de la vecina del edificio colindante. Las vistas, de hecho, han quedado totalmente cegadas y ahora, cuando abre las ventanas, se topa con un muro verde. Tras este se encuentra el nuevo salón que el restaurante ha intentado legalizar, aunque el Ajuntament se lo ha denegado.
La propietaria de la vivienda tapiada es una octogenaria que ha tenido que recurrir a la ayuda de sus vecinos para defender sus derechos. María José Rodríguez, portavoz de los residentes del edificio afectado por la ampliación irregular, advierte visiblemente enfadada que «este es el mismo caso que el Medusa. Se ha ampliado el volumen de un restaurante de manera ilegal y los clientes lo están utilizando».
La portavoz de los afectados señala que «el añadido no tiene ni forjado y están metiendo mesas y clientes en esa nueva estancia». Por si no fuera suficiente, «celebran tardeo por las tardes, con música alta que dura todo el fin de semana, que impide el descanso de los vecinos».
Rodríguez se muestra aliviada por el dictamen del Consistorio, que «ha desestimado todas las alegaciones del propietario del restaurante aunque Cort todavía no ha mandado la orden de derribo».
Según un expediente del área de Obres i Qualitat de l’Edificació, del Ajuntament de Palma, el 13 de enero de 2022 se registró una solicitud de licencia urbanística por parte de los responsables del restaurante del Passeig Mallorca y en octubre Cort les contestó con un reporte de deficiencias. Aunque en enero los propietarios del restaurante volvieron a presentar alegaciones, el arquitecto municipal insistió en señalar deficiencias en el proyecto de legalización del añadido del restaurante.
Los propietarios alegaron en un escrito que «la volumetría máxima ha de ser la del edificio existente, por lo que consideran que la construcción no se encuentra fuera de ordenación». Cort advierte en su escrito que aunque «la licencia de actividad se concedió por silencio administrativo, no es título habilitante de una construcción fuera de ordenación urbanística». Los vecinos esperan que el derribo se realice cuanto antes.