Los vecinos de la zona del Camp d'en Serralta, en Palma, arrastran hace años un problema que se ha agravado en los últimos tiempos. Y es que un edificio abandonado, a medio construir y okupado desde hace años, se ha convertido en un foco de problemas, ruidos y malos olores que con la llegada del calor se acrecentan y elevan el malestar de los residentes en una zona que linda con el centro de la ciudad.
El edificio en construcción, unos trabajos que hace años -más de una década- se pararon, se ubica en la esquina que conecta las calles Ramón y Cajal y Rodríguez de Arias. Los 'inquilinos' han instalado una puerta de acceso, aunque la reja de la obra se encuentra abierta y permite ver la parte inferior, aunque los okupas han conseguido habilitar un acceso a las dos plantas superiores, en las que habitan varias personas.
Eso sí, el fuerte hedor y la insalubridad generada por las heces que allí mismo depositan han provocado la aparición de moscas y ratas, lo que a su vez ha generado enorme preocupación y malestar entre los vecinos, que conviven además con gatos que también hacen sus necesidades en el edificio y en la vía pública. Justo, en un espacio ubicado frente a un restaurante y un edificio de nueva construcción, teniendo además muy cerca un establecimiento hotelero.
A los malos olores y la suciedad se suman los ruidos que en ocasiones se producen dentro del edificio y la sensación de inseguridad que ha generado entre los residentes más cercanos, que reclaman la intervención del Ajuntament de Palma para intentar poner orden en un espacio que se ha convertido en un foco de insalubridad y malestar en la zona de Serralta.
Desde el Ajuntament de Palma se recuerda que no se puede intervenir en una propiedad privada sin autorización de los titulares o de un juzgado, aunque en caso de que la situación sanitaria llegara a afectar a la vía pública, entonces sí que se solicitaría desde Emaya o Sanidad una autorización para poder intervenir.
Pero existe otra vía de actuación por parte de Cort, ya que el celador de Urbanismo puede, a través de una denuncia vecinal por de un juzgado, llevar a cabo una inspección en el edificio previo aviso al propietario y, en caso de contemplar riesgo de ruina o problemas de salubridad, actuar de oficio. Entonces, la brigada de Sanidad actuaría en ese espacio, aunque las costas luego se pasarían al dueño o promotor del edificio.