La nueva ordenanza cívica que está preparando el Ajuntament de Palma, que ahora se encuentra en el proceso de participación ciudadana, ha levantado las críticas de Més. La portavoz del grupo municipal, Neus Truyol, ha señalado este miércoles que «el alcalde Jaime Martínez impone soluciones policiales a problemas sociales. Esta ordenanza nos vuelve a recordar al franquismo, volvemos cincuenta años atrás».
Según Truyol, la normativa cívica de Cort «no tiene nada de cívica. Todo lo contrario, es una ordenanza cínica que reprime derechos fundamentales y ataca a colectivos vulnerables en lugar de solucionar problemas sociales reales como la pobreza o la falta de vivienda. Es la expresión cínica de una involución democrática. Una manera de hacer política que bebe directamente del espíritu de la expresión 'la calle es mía', que pronunció el ministyro franquista Manuel Fraga Iribarne».
Més per Palma ha sido especialmente crítico con las multas hacia las caravanas, que se han convertido en una solución habitacional ante los altos precios de la vivienda. «El enfoque de la ordenanza es puramente represivo y no ofrece soluciones para fomentar la convivencia. El PP criminaliza a los pobres. Por eso quiere multar a las personas que viven en autocaravanas, que no pueden pagar un alquiler. Pretende sancionar a las personas que piden en la calle y que viven situaciones desesperadas».
Según Truyol, la normativa que desarrolla el actual equipo de gobierno «castiga de forma más dura a las personas y colectivos que tienen problemas para llegar a final de mes. Las soluciones son totalmente desmesuradas y totalmente inasumibles para la gente que vive en riesgo de exclusión social».. De esta manera, advirtió que la cuantía de las sanciones ha aumentado. «Si la normativa de Mateu Isern [anterior alcalde del PP] las multas eran de entre 50 y 600 euros, ahora pasan de 300 a 600 euros. Es evidente que quien vive en una autocaravana o en la calle lo hace por problemas económicos. Sancionar a quien no llega a final de mes o es pobre es profundamente injusto y cobarde y no sirve para solucionar los problemas de fondo», señaló Truyol.
También criticó la mención de la normativa «a las concentraciones de personas en la calle. ¿A quién lo harán?¿A los grupos de decenas de turistas que muchas veces impiden el paso al resto de peatones? ¿O a los jóvenes que hacen una campaña a favor del uso del catalán o contra la guerra de Palestina?». Truyol advirtió que la normativa cívica que se está preparando «atenta contra el derecho al juego de los niños, a los cuales se podrá multar por jugar a la pelota en la calle».
La portavoz de Més aseguró que la nueva normativa «no es nueva, no es cívica y además es ilegal porque calca de forma evidente la misma ordenanza de Isern. Hace diez años esta normativa fue derogada por una sentencia judicial del TSJIB. Volver a presentar un texto casi idéntico es una pérdida de tiempo».