La ampliación de los horarios hasta la medianoche de las terrazas de La Lonja ha generado una variedad de reacciones: desde la satisfacción hasta el enfado más absoluto. «Después de meses pidiéndolo, nos viene ahora caído del cielo», señaló Toni Garau, propietario del restaurante Caballito de Mar. Tras conseguir la ampiación del horario gracias al Ajuntament de Palma, el próximo objetivo es «que nos devuelvan la superficie de las terrazas que perdimos con el nuevo plan de usos de La Lonja».
Garau señala que el restablecimiento del horario «llega tarde, casi ha acabado la temporada, pero estamos muy satisfechos». El empresario advierte que otros restauradores de la zona pedirán «responsabilidades al antiguo equipo de gobierno por las pérdidas ocasionadas por el recorte de horarios».
Por su parte, el presidente de la Associació de Veïns de sa Llotja-es Born, Jaume Herrero, mostró su consternación ante la decisión del Consistorio: «Estamos indignados, es una vuelta de tuerca más. Hay una clara parcialidad hacia los restauradores, que parece que son los únicos que crean riqueza y no los vecinos que trabajan en la educación, la sanidad o en otro sector».
Herrero lamentó que «los vecinos molestamos al resort turístico de La Lonja» y advirtió que la iniciativa de Cort de alargar los horarios ha colmado la paciencia de los residentes, por lo que algunos ya han mostrado su rendición y plantean mudarse. «Hay vecinos que están buscando vivienda fuera. Esto es insoportable y el cambio político sólo favorece a los restauradores», admitió.