Las casas de la calle Aragó, expropiadas por el Ajuntament de Palma y con un proyecto pendiente de derribo vuelven a estar okupadas para lamento de los vecinos del barrio. La asociación de Son Fuster Nou lanzaba la alerta el miércoles por la noche al detectar que donde había ventanas tapiadas habían desaparecido las barreras y se veía luz. Fue entonces cuando llamaron a la Policía Local.
Desde el Ajuntament de Palma confirman la okupación e indican que el proceso de demolición vuelve a la casilla de salida. Si las viviendas están okupadas tendrá que volver a actuar la Policía, Asuntos Sociales e Infraestructuras y esperar a que termine el proceso para retomar la orden de derribo allí donde se dejó.
Jesús Iglesias, miembro de la asociación vecinal, reclama a Cort una mayor celeridad. Recuerda que el problema de degradación se remonta a hace más de una década y que el proyecto de demolición estaba listo en abril, pendiente de presupuesto. Si bien el anterior Ejecutivo lo dejó sobre la mesa a falta de traspasar partidas de un área a otra; el nuevo gobierno municipal tampoco había hecho nada al respecto.
Los vecinos recuerdan que hace años había unas viviendas antiguas con una panadería y una droguería que el Ajuntament terminó por expropiar. La idea era ampliar la calle Aragó, recuerdan, porque se forma un embudo de tráfico.