La Associació Barri Cívic de Santa Catalina ha criticado este miércoles que el Ajuntament de Palma utilice sa Feixina para hacer celebraciones, conciertos y desfiles en el barrio y se ha opuesto a que se realizan más acontecimientos de este tipo. «Tenemos un barrio que sirve a intereses probados a expensas de los que aquí vivimos. Hace falta que el Ajuntament cambie de actitud y, de una vez por todas, de verdad, cuide el bienestar y la salud de los barrios», ha lamentado la asociación en una nota. La entidad vecinal se ha quejado de que el consistorio tiene la voluntad de seguir empleando sa Feixina para celebrar acontecimientos y desfiles este junio, ya que cree que «ha dejado de lado» a los vecinos de un barrio «ya saturado de ruido».
También ha remarcado que Cort no le ha informado, escuchado, ni tenido en cuenta las quejas que tienen tanto particulares como asociaciones relativas al ruido, la invasión del espacio público por intereses privados y la suciedad. «En definitiva, la conversión de un barrio residencial en un parque temático donde ya se hace difícil la convivencia pacífica», ha reprochado. Además, ha indicado que si se tratara de una celebración puntual lo aceptaría, pero que se trata de eventos reiterados y ha puesto de ejemplo la celebración de la Fiestas de las Islas Baleares, ya que fueron «cuatro días de ruido noche y día: a media mañana empezaba la actividad infantil, seguida de música grabada y acababa muy entrada la noche con los conciertos, sobrepasando en mucho los horarios autorizados, y la horita de propina por parte de la gente que se resiste a retirarse y le gusta hacerlo saber al universo». Ha agregado que todo esto se realizó a un volumen «insoportable e innecesario» y ha cuestionado si el Ajuntament cumplió con la ordenanza de revuelo y vibraciones.
La asociación se ha quejado de que el barrio «sufre fiestas de cabo a rabo del año», por lo que oyen la música de los bares hasta muy tarde aunque los vecinos cierren todas las ventanas y aunque haga calor no pueden abrirlas, se encuentran vasos y botellas en sus portales, dejan la calle hecha «un estercolero» y no tienen espacio para pasar por las aceras porque están llenas de terrazas. Por este motivo, la entidad vecinal ha pedido una acción «contundente y sostenida» del consistorio, para que no se alargue la fiesta y el ruido de las terrazas hasta la Navidad.