Casi el 40 % del parque de viviendas de Palma tiene una antigüedad de más de 40 años. La capital balear se sitúa entre las ciudades de España con los edificios más viejos, ya que las construcciones datan, de media, de 1970. Respecto a la edad media de construcción se pueden observar diferencias notables entre unos barrios y otros, un hecho que los expertos achacan al desarrollo de las ciudades y al diferente impacto que tuvo la crisis económica. Según datos del Ajuntament de Palma, el centro histórico y La Soledat son las barriadas con las casas y edificios más antiguos de Ciutat.
Las viviendas más envejecidas de la ciudad se encuentran en las zonas del centro histórico, lo que antiguamente estuvo rodeado por la muralla. No es de extrañar que así sea, ya que el municipio ha crecido con los años de murallas para fuera. Según fuentes del consistorio palmesano, en las calles de sa Calatrava, sa Missió, Monti-sion y Sant Nicolau se encuentran algunas de las viviendas más obsoletas. A pesar de que la zona atravesó un grave proceso marginal a finales de los años noventa, el casco antiguo de la ciudad ha vivido una segunda fase de desarrollo. Los edificios de la zona se han adaptado a las pautas urbanísticas saneando las fachadas y reformando la instalación de telefonía, cableado y tuberías.
La Soledat es otra de las zonas con las viviendas más envejecidas, allí empezaron a construir viviendas a finales de los años cincuenta alrededor de las nuevas fábricas que se instalaron en la zona del ensanche de Palma, como puede ser Foneria Mallorquina o Calçats Salom. El 'boom' del parque de viviendas, con grandes bloques de pisos que se conservan hoy en día, llegó a finales de los sesenta cuando el crecimiento económico y demográfico se tradujo en una mayor presión urbanística para construir bloques de pisos para la población que llegaba de la Península. Este hecho cambió la fisonomía del barrio, sustituyendo a las casas planta baja por los grandes bloques de pisos que conocemos hoy en día.
El crecimiento urbanístico de la ciudad, desbocado desde los años 60, intentó ordenarse a través del Plan de 1973 conocido por el nombre de su autor, el catedrático de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de Barcelona Manuel Ribas Piera. La intención de equilibrar los diferentes barrios de la ciudad era buena pero los resultados no fueron los esperados, puesto que el plan fue modificado al alza por el ayuntamiento y la ciudad continuó creciendo.
En general, Baleares tiene uno de los parques de vivienda más envejecidos de España, lo cual hace que sus casas sean las menos eficientes energéticamente y, por tanto, más contaminantes. Según los datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), de las 125.650 edificaciones baleares incluidas en el registro, un total de 54.385 –el 43,3 %– cuenta con las dos calificaciones energéticas más bajas, la F y la G.
A nivel nacional también hay notables diferencias entre comunidades autónomas. Mientras que en Toledo y Guadalajara el año de construcción de los inmuebles se sitúa en 2003 y 2001 (algo que no garantiza tener un nivel de certificación energética superior), la edad media de construcción de la provincia de Barcelona se sitúa en los años sesenta, al igual que Baleares. Son diez las provincias con parques inmobiliarios construidos, de media, en los años noventa (Almería, Segovia, Castellón, Huelva, Ciudad Real, Cuenca, La Rioja ,Burgos, Soria y Lugo) y 22 en los años ochenta, como Huesca, Cáceres, Badajoz, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Ávila, Cádiz, Albacete y Alicante, entre otras. Por último, en 15 provincias la construcción media data de los años setenta (León, Navarra, Córdoba, Asturias, Álava, Cantabria, Zamora, Baleares, Valencia, Madrid, Vizcaya, Zaragoza, Guipúzcoa, Palencia y Teruel).