El mercadillo de Navidad está teniendo una suerte desigual para los artesanos. Estar en una calle u otra determina la caja que pueden tener. Y en el caso de la bordadora Mayte Cerdà y sus compañeros de los puestos de la Plaça del Mercat, la situación es dramática. «Hay días que hacemos de caja tres euros, ocho euros… Y muchos días sin facturar nada, también», reveló la artesana, que es la primera vez que participa en el mercadillo de Navidad que organiza Palma Activa. «Estamos en la Plaça del Mercat y el cierre al tráfico de la calle Unió ha hecho que mucha gente deje de venir por esta zona. Y nosotros, todos primerizos, hemos pagado la novatada».
Este año, además, se encuentran con que tampoco tienen iluminación navideña como había el año anterior, que contaba con unos vistosos arcos luminosos que hacían que la gente se parase en la plaza para hacerse fotos. «Desde los primeros días notamos que por aquí no pasaba mucha gente y pedimos al Ajuntament que nos pusieran iluminación pero solo nos dicen que tomarán nota para el año que viene», dijo Cerdà.
Mientras tanto, esta temporada ya la dan por perdida. «Creíamos que a medida que llegara la Navidad se acercaría la gente, pero que va. Hasta los propios comerciantes nos han dicho que han caído las ventas desde que hay zona Acire», advirtió Cerdà. El desánimo es tal entre los artesanos que al final algunos de ellos siguen con la persiana cerrada a media mañana. «Solo nos vigilan si cumplimos las normas y tenemos que abrir desde las diez de la mañana hasta las nueve de la noche».
Con jornadas laborales de once horas diarias, el cansancio ha cundido entre ellos, mientras contemplan como sus compañeros de la plaza de España, la Plaza Mayor o La Rambla cuentan con un buen número de clientes ya que se encuentran en una zona con mucho tránsito de gente. Cerdà y sus compañeros denunciaron que con semejante facturación hasta el 23 de diciembre, no han podido ni cubrir los gastos. «Invertí más de cien euros en adecentar la caseta y tardé cinco días en montar el puesto. Ya no hay solución, no podemos irnos a otra ubicación ni entrar en otros mercadillos de la Isla porque están llenos y es tarde», lamentó la artesana.
Especialidad
Ella está especializada en bordados y estampados textiles. Sus precios son muy asequibles y consigue vender algún parche para los niños de vez en cuando, pero otros compañeros suyos no tienen tanta suerte. En la plaza del Mercat hay también puestos de aceites esenciales y piedras energéticas, una costurera con delantales y mochilas de roba de llengües, una pintora con acuarelas de pan de oro «que no ha vendido nada », o un puesto de bicicletas de alambre y figuras de discos con vinilo. «Desde el Ajuntament nos dicen que no nos quejemos que este año no estamos pagando nada por el puesto, pero es que tampoco pagan los artesanos de plazaEspaña y ellos sí que están facturando», se lamentó Cerdà. Ahora, solo queda esperar a algún cliente de último momento sin mucha esperanza.