El Ajuntament de Palma ha puesto en marcha un proceso de encuestas entre la ciudadanía para elaborar el nuevo Pla de Mobilitat Urbana Sostenible (PMUS), que estará vigente seis años. Esta encuesta, disponible en la web de Cort, permitirá ver las necesidades, usos y carencias de la ciudad en este ámbito.
¿Cuántas encuestas se han completado ya?
—Llevamos unas 200 realizadas y la intención es zanjarla para final de año, aunque aún no hay una fecha límite. Paralelamente se está llevando a cabo un proceso participativo con entidades importantes en la ciudad para discutir con ellos las acciones que se llevarán a cabo en el nuevo PMUS. Todo esto al margen de la Mesa de la Movilidad, en la que participan muchas entidades frente a otras que no quisieron, pero con los que nos hemos reunido.
¿Qué saldrá de todas estas encuestas y reuniones?
—Después de este proceso de encuestas que está realizando la empresa Toymo, se llevará a cabo el diagnóstico y la definición de acciones para el próximo PMUS. Los ciudadanos tienen mucho que decir sobre movilidad sostenible.
En el PMUS de 2014 no aparecía el patinete, que ha ganado protagonismo hace poco.
—Hace dos o tres años apareció esta nueva modalidad en las ciudades y nos hemos tenido que adaptar a ellos. Ha venido para quedarse. El vehículo de movilidad personal (VMP) es un aliado porque permite a la ciudadanía desplazarse hacia destinos para los que antes recurría al coche. Y es un aliado para aquellos que no tienen recursos para comprar un coche o tienen problemas de movilidad.
¿Tienen cifras del incremento de patinete en Palma?
—No tenemos un conteo de usuarios, pero ha habido un aumento, al igual que de bicicletas y también, de coches.
¿Por qué hay más bicicletas y patinetes?
—La efervescencia del uso de VMP es una consecuencia directa de la pandemia. Existe cierto temor de usar el transporte público. Pero aún está muy arraigado el uso del coche.