Cada vez que se corta un árbol suelen sucederse las protestas ciudadanas o de grupos ecologistas y la reciente tala de pinos iniciada en el bosque de Bellver no ha sido una excepción. A través de las redes sociales o mediante llamadas a los medios de comunicación, algunas personas están mostrando estos días su indignación por lo que consideran una tala no justificada.
Pero desde el Ajuntament de Palma se explica que se ha comenzado a talar cerca de 600 pinos porque estaban afectados por la plaga de Tomicus, un insecto llamado el perforador de los pinos que primero los debilita y finalmente acaba con su vida.
De hecho, el Consistorio ya había anunciado hace varias semanas que se iba a proceder a talar estos centenares de árboles que habían muerto en el bosque por esta plaga y que después algunos de estos restos iban a ser triturados e incorporados al suelo. Esta fórmula evita extraer nutrientes del bosque y se mejora así la fertilidad y la capacidad de retención de agua del bosque, según la regidora de Infraestructures, Angélica Pastor. Para mejorar la eficiencia del proceso, el proyecto contempla la creación de terrazas con troncos pelados de árboles muertos que se pelan para evitar la acción de plagas.
Esta reforestación, indicó el Consistorio, «es una operación a largo plazo que mejorará la salud del bosque y reducirá el riesgo de incendio».
Estos árboles talados no son los mismos que se han señalizado en la zona de juegos infantiles (junto a la entrada al bosque por la calle Polvorí) que se va a reformar y ampliar, como han denunciado algunas personas. De hecho se han marcado precisamente para ser preservados ante el inicio de las obras en la zona infantil. Por contra, los árboles talados se encuentran no sólo en este emplazamiento sino en todo el bosque de Bellver.
El proyecto de Cort ha provocado una fuerte indignación entre los vecinos de El Terreno, que han convocado una manifestación para el próximo 30 de octubre.