Ni las galerías subterráneas de la Plaça Major ni el Mercat municipal de Camp Redó tienen fecha de reapertura a corto o medio plazo, mientras la degradación de ambos espacios avanza sin remedio para disgusto de los vecinos de ambas zonas.
Las obras de remodelación y adecuación de las galerías, cerradas desde septiembre de 2019, no comenzarán antes del año 2022, según ha admitido el Ajuntament de Palma. De hecho, los presupuestos del Consistorio de este año no contemplan ningún tipo de inversión en este lugar, tan solo una partida de 50.000 euros para el concurso de ideas y el proyecto ejecutivo.
Las galerías de la Plaça Major duermen el sueño de los justos mientras los vecinos de la zona siguen desesperados por los problemas de conexión que les provocan tanto las escaleras mecánicas como el ascensor que conecta la Rambla con la plaza, pues ambos «se averían cada dos por tres».
Suciedad, continúas goteras y el mal estado reinante de las instalaciones no son una vista agradable ni para los residentes, que están cansados de reclamar al Ajuntament un mayor mantenimiento, ni para los ciudadanos en general.
El nuevo mercado municipal de la barriada del Camp Redó, por su parte, no es tampoco, hoy por hoy, una prioridad para el equipo de Gobierno de la ciudad.
Como se recordará, el mercado cerró sus puertas a finales de julio de 2019, varios meses antes, incluso, de que caducará la concesión, el 31 de diciembre de ese año, ante la imposibilidad por parte de los pocos placeros que quedaban, algunos de los cuales llevaban cerca de 40 años, de hacer frente a los gastos fijos y menos aun de afrontar las exigencias de la nueva adjudicación prevista por el Consistorio para la que no pudieron encontrar inversores.
Cort cambió de planes por completo tras quedar desierto el concurso para la gestión del mercado y decidió que asumirá la reforma de las instalaciones y las gestionará de forma directa, ofreciendo una licitación individual para cada puesto, a un precio de alquiler asequible, a 5 ó 10 años por ejemplo.
Pero ahora mismo no es una prioridad su reapertura, «tenemos que destinar todo el dinero que podamos a las ayudas a personas y empresas que lo están pasando mal por los efectos de la pandemia», afirma un responsable municipal.
Otro espacio emblemático cuya concesión de 30 años acaba a finales de este año y para el que aún no se ha encontrado una solución de futuro es el espacio comercial y de ocio de s'Escorxador. El antiguo matadero municipal ha estado gestionado por Mercasa, que en los últimos tiempos ha mostrado su interés por continuar con la gestión.
Cort no quiere lo mismo para el Mercat de Llevant
El próximo mes de septiembre finalizará la concesión del Mercat municipal de Llevant, abierto en 1973, y desde la Regiduria de Promoció Econòmica i Ocupació, que dirige Rodrigo Romero, ya se trabaja para poder cerrar la nueva adjudicación este mismo año y que no suceda lo que ha pasado con el Mercat de Camp Redó. Este año, por tanto, se sacará a concurso las licitación, un proceso que será de libre concurrencia.