Los Servicios de Acogida Municipal (SAM) de corta y larga estancia del Ajuntament de Palma acogieron en 2020 a 79 familias, 52 de las cuales eran monomarentales, dos monoparentales, 25 biparentales; y entre las que había 147 niños y jóvenes menores de 18 años, 77 mujeres y 27 hombres.
El teniente de alcalde de Cultura y Benestar Social, Antoni Noguera, y la coordinadora general de Servicios Sociales, Catalina Trobat, han presentado este jueves el balance del servicio.
En 2020, Cort destinó 10.000 euros en ayudas económicas a las familias que fueron acogidas. En 2019 se destinaron 23.000 euros.
Según han señalado, los resultados que se desprenden de este balance ponen de manifiesto que casi un 80 por ciento de las familias que pasan por los servicios de acogida municipal salen con ingresos, ya sea con una salida laboral o vía subsidios.
Además, según han indicado, casi la misma cifra de las familias, después de tener acompañamiento pueden continuar con su vida de manera autónoma pagando una habitación o un piso de alquiler.
Igualmente, ninguno de los dos servicios no agota el tiempo de estancia previsto para las familias. Si el servicio de larga estancia se prevé por un año que se puede alargar hasta dos, casi el 80 por ciento de las familias están menos de 12 meses. En cuanto al de corta estancia, previsto para un plazo máximo de seis meses, las familias pasan de media tres y medio.
«Estas cifras ponen de manifiesto que el servicio funciona porque ofrece segundas oportunidades y evita la exclusión social», ha valorado Noguera.
SAM par familias
Los servicios de acogida municipal (de corta o larga estancia) son dos centros de acogida para familias en situación de dificultad social puntual, por carencia de recursos económicos, de vivienda, laborales y de apoyo familiar, pero que mantienen factores de protección social que hacen que la familia siga junta.
El servicio de larga estancia está concertado con el Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales (Intress) y tiene capacidad para 12 familias. El de corta estancia, con la Fundación San Juan de Dios y ofrece 54 plazas concertadas.
«Los servicios son de segundas oportunidades porque van dirigidos a familias que tienen posibilidades reales a medio plazo de mejorar su situación, además de prevenir situaciones de exclusión real, muy especialmente para los niños de estas familias», ha explicado la Coordinadora de Bienestar, Catalina Trobat.
Por un lado, el servicio ofrece cobertura de las necesidades básicas de las personas acogidas, como alimentación, alojamiento, higiene personal y vestido.
Por otro lado, ofrece a las personas acogidas un plan individual de inserción social, temporalizado, que contempla de forma personalizada y consensuada los objetivos y las actividades que se tendrán que desarrollar durante la estancia al servicio, para conseguir su inserción social.
En esta línea, los profesionales ofrecen acompañamiento en la búsqueda de trabajo y de vivienda, atención psicológica, apoyo escolar y de ocio para los menores acogidos y el trabajo en habilidades parentales y de crianza.
Según han añadido, en el marco de este servicio 40 adultos han pasado por el programa de búsqueda de trabajo y ha habido 11 inserciones laborales durante la estancia al servicio. En cuanto a las ayudas otorgadas, en 2020 Bienestar ha destinado 7.200 a las familias usuarias del servicio. En 2019 se destinaron 11.800 euros.