La defensora de la ciudadanía de Palma, Anna Moilanen, denuncia que hay empresas municipales que no respetan las ordenanzas en la ejecución de sus obras, principalmente las de vialidad y saneamiento. Asegura tener constancia de «obras de empresas municipales que empiezan a trabajar con el martillo hidráulico a las 8.00 de la mañana, cuando la Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones dice claramente que para actuaciones ordinarias en ningún caso se iniciará la actividad antes de las 9.00 de la mañana».
Moilanen admite que es uno de los asuntos más destacados que han llegado a su oficina desde el inicio del estado de alarma hace dos meses «tanto por el nivel de ruido como por el incumplimiento de horarios». «Todos sabemos que obras es sinónimo de molestias pero es responsabilidad de quien las hace minimizar sus efectos. Las obras pueden comenzar a las 8.00, pero sin superar los límites establecidos en relación al ruido y las vibraciones», afirma la defensora, quien ya ha solicitado a las áreas afectadas que tomen medidas.
Entiende que «el Ajuntament quiera aprovechar el tiempo, pero eso no exime del respeto al derecho de la ciudadanía al descanso y a la inviolabilidad de su domicilio».
En cuanto a la tipología de los expedientes, Moilanen recuerda que antes de la crisis sanitaria las denuncias se centraban en la demora de las licencias de obra, la impunidad de las molestias por ruidos de los locales de ocio o la reclamación sobre sanciones en vía ejecutiva «que a nuestro juicio no debían tramitarse».
En cambio, tras la declaración del estado de alarma, «la motivación de las denuncias cambió en sintonía con el escenario de confinamiento, en que las personas están más tiempo en sus casas».
Así pues, pasaron a ser causa de reclamación las obras en la vía pública, los problemas para el acceso a los servicios sociales, las molestias por ruidos vecinales, las denuncias por incumplir el confinamiento o el interés de la ciudadanía para la obtención de la firma electrónica. «Tristemente se han mantenido las conductas incívicas en cuanto al depósito de basuras y trastos en la calle», lamenta Moilanen.