La regidora de Justicia Social, Feminisme i LGTBI del Ajuntament de Palma, Sonia Vivas, ha confesado este jueves que los técnicos municipales habían dado el visto bueno a la campaña contra el racismo en el lenguaje en la que se avala el pago con dinero negro. «Los técnicos habían dado el visto bueno, pero la responsabilidad es mía».
En este sentido, ha argumentado que «yo tengo que defender a capa y espada a los técnicos que trabajan conmigo, la responsabilidad es mía. Los técnicos lo habían visto, pero insisto que mis técnicos son grandes profesionales que saben trabajar muy bien, que no han detectado esto pero asumo yo la responsabilidad». «Los técnicos son trabajadores municipales, a veces se equivocan, y en este caso la responsabilidad es mía que soy la responsable política», ha reiterado.
Vivas ha anunciado que realizará cambios en el funcionamiento de su regidoria, ya que a partir de ahora lo controlará absolutamente todo. «El protocolo pasa porque absolutamente todo lo que se haga en Flassaders pase por mí, ya sea responsabilidad directa mía o no». Ha puesto como ejemplo la cesión de espacios del citado centro.
La regidora de Unidas Podemos ha justificado esta decisión «porque políticamente tengo una responsabilidad en un momento muy complicado en el que estoy en el punto de mira y en el que todas las políticas sociales están en el punto de mira».
En su opinión, «estos errores pueden suceder porque es un error de la asociación, que no ha querido que fuera el resultado, y yo soy la responsable última». Además, ha insistido en que «tendré que llevar un control más férreo de todo y eso va a implicar cambios en la forma de trabajar, en el funcionamiento y en que no salga absolutamente nada si yo no lo he visto». «Cambiaremos el protocolo para que absolutamente todo pase por mí».
Vivas ha expresado que «me parece muy cruel todo lo que se está diciendo porque la propia entidad lo está pasando muy mal». «Ellos no han querido que saliera así y me veo en la responsabilidad de defenderles. Como responsable última política tengo que asumir esto».
La titular de Justicia Social, Feminisme i LGTBI ha recordado que la campaña ya ha sido retirada, pero ha asegurado que no se le ha pagado nada. Sin embargo, ayer fuentes municipales informaron que se le habían abonado 2.300 euros y que se le iban a reclamar. «No han cobrado nada. Una línea de subvención supone que Cort otorga un dinero por unos trabajos. Nosotros habíamos acordado darles un primer pago de 1.418 euros, pero no se han dado porque esa campaña no había sido supervisada; en total debían cobrar 2.796 euros. Al no haber estado supervisada no han cobrado nada».
Vivas ha reconocido que «la campaña es desafortunada, pero no es de la regidoria ni del Ajuntament, sino de una entidad que accedió a una línea de subvención y no se ha hecho la suficiente supervisión, asumo yo la responsabilidad. Mi trabajo como regidora es muy complicado porque yo no puedo hacer un intervencionismo directo en lo que hacen las entidades con el dinero de las subvenciones. Damos unas directrices y confiamos en que se va a hacer un buen trabajo».
La regidora ha insistido en que se trata de un error puntual y ha defendido el trabajo que realizan las entidades de Palma.