No se hablaba este viernes de otra cosa: del cierre del Mercat de Camp Redó, abierto desde 1972. Este sábado, ante la imposibilidad de hacer frente a los gastos fijos y, menos aún, de afrontar las exigencias de la nueva adjudicación, los tres puestos que aún quedaban abiertos cerrarán cuando terminen la jornada.
Katty Borràs, Pedro Fernández (su marido) y su hijo Pedro, del Bar Peca, lo hizo este vierners pasadas las 14.00 horas, después de trabajar en el mismo sitio desde hace 40 años.
«Supone el cambio de toda una vida (se emociona). Después de tantos años, hay gente que nos quiere de alguna manera, somos como una familia. Yo hubiera apostado por seguir, pero no ha podido ser. Tenía la esperanza de que el Ajuntament no apoyara más», afirma Katty, que trasladan el local a la calle General riera 136. Como ellos, están Rafael Crespí, Francisca Costa (su mujer) y Juana Abrines, al frente de la pescadería; Jaime Cifuentes, de Verdures i Fruites Bàrbara, y Paco González, de la carnicería Hermanos González.
«Es una gran desilusión para los clientes y para nosotros. Llevamos 29 años aquí. Ya no vamos a llorar más. Vamos a decir que nos vamos ilusionados. Es una lástima el cierre porque ya no va a quedar abierto ningún mercado tradicional (sin turistas), señala Rafael, que vuelve a abrir el viernes en la calle San Vicente de Paúl. La carnicería de Paco González no da abasto. Los clientes se despiden de una empresa que les ha abastecido más de 40 años.
«No hacemos ninguna despedida porque es una decisión que no tomamos con gusto», afirma. Su puesto se traslada a la calle Miquel Capllonch, 4, al igual que la frutería, que abrirá en el número 41. «Es un sentimiento agridulce. Se cierra el mercado (donde llegó a haber más de 32 locales y fue uno de los más modernos de España , pero el negocio familiar sigue», afirma Jaime Cifuentes.