La regidora de Benestar, Mercè Borràs, afirmó este jueves que la falta de acuerdo con las familias de Son Banya no impedirá el derribo de las viviendas afectadas por la orden de desahucio. Borrás y el director general de Benestar, Joan Antoni Salas, reconocieron que no siempre será posible llegar a un acuerdo con los propietarios. En las últimas demoliciones las familias afectadas firmaron el acuerdo in extremis; los servicios sociales tuvieron que destinar gran parte de la mañana fijada para los derribos a convencerlos.
En una comparecencia de presupuestos muy tensa, la portavoz del PP, Margalida Durán, preguntó a Borràs si puede dormir por la noche y aseguró que ella no podría hacerlo en esta situación. «No se puede tirar la casa sin firmar el acuerdo antes», sentenció.
Durán también fue muy crítica con el descenso del presupuesto destinado a Son Banya el próximo año (540.000 euros), un 40 % menos. Borràs reconoció que este año no se podrán derribar las 45 viviendas con orden de desahucio, por «motivos ajenos al área»; se han tirado 18. La edil aseguró que se derribarán en 2019 y aseguró que la intención es tirar otras 30 viviendas más y 42 en 2020. «Adaptamos el presupuesto a la realidad. En 2019 se derribarán menos albergues; sería una imprudencia planificar más derribos si no podemos garantizar una alternativa de alojamiento para las familias vulnerables», declaró Borràs.
La titular de Benestar i Drets Socials informó que su área contará con un presupuesto total de 31.354.093 euros, un 1,9 % más. El aumento se debe principalmente a la mejora de las condiciones salariales de los trabajadores.
La portavoz del PP fue muy crítica y aseguró que no se crea ningún servicio nuevo. Borrás defendió su gestión y atacó la realizada por el PP.