El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este miércoles en el Congreso que va a reclamar a Bruselas «una política corresponsable y solidaria» en materia migratoria, exigiendo que toda Europa se implique en la gestión de flujos migratorios que reciben países como España. En su comparecencia para informar sobre asuntos de inmigración en la Cámara Baja, Sánchez ha informado que, para ello, pedirá a la Comisión Europea que adelante la entrada en vigor del Pacto de Migración y Asilo para que sus herramientas en materia de control de fronterizo y de reparto de personas migrantes empiecen a usarse en el verano del año 2025 y no en el de 2026, como está previsto.
Durante los últimos días, el PP había reprochado al Gobierno que este había rechazado ayuda europea en materia migratoria -extremo que el Ejecutivo ha negado tajantemente- y fue su argumento para suspender el pasado sábado las conversaciones mantenidas para lograr un acuerdo sobre la acogida de menores migrantes. Sánchez también ha anunciado que el próximo mes llevará al Consejo de Ministros al nuevo reglamento de extranjería y otras medidas en materia de inmigración, como la puesta en marcha de 6.000 plazas más de acogida, un Plan Nacional de Integración y Convivencia Intercultural y un nuevo programa de migración laboral.
El jefe del Estado ha dedicado gran parte de su discurso a desmontar los bulos y la desinformación que, según ha denunciado, la derecha y la ultraderecha propagan sobre los inmigrantes: «Somos hijos de la inmigración, no vamos ser padres de la xenofobia», ha reclamado. Ha denunciado que la derecha y la ultraderecha quieran que la Armada «deje de auxiliar náufragos y se dedique a hundirlos» y reemplazar los centros de acogida por campos de detención.
También ha dedicado unas palabras a los canarios, a los que ha agradecido su comprensión y solidaridad en relación al fenómeno migratorio y ha calificado de «ejemplo diario de humanidad»: «quien quiera dejar sola a Canarias que no cuente con este Gobierno», ha señalado. Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo ha insistido en su reclamación de que el Gobierno solicite ayuda a la Unión Europea y lo ponga «por escrito» si quiere retomar las conversaciones con su partido sobre la acogida de menores migrantes.
El jefe de la oposición ha acusado al Gobierno de inacción y de haber dejado «solo» al Gobierno canario ante la crisis migratoria y a pedido a Sánchez que estampe su firma en el acuerdo alcanzado entre el PP y el presidente del archipiélago, Fernando Clavijo, que tiene también el visto bueno de las once autonomías donde gobierna el PP.
Por su parte, el dirigente de Vox, Santiago Abascal, ha culpado a Sánchez de lo que ha denominado «invasión migratoria» y la «institucionalización del secuestro masivo de menores», además de colaborar con las mafias del tráfico de seres humanos. En su réplica, Sánchez ha cargado contra el líder de la formación, al que ha acusado de odiar al migrante no por ignorancia, sino «porque le sale a cuenta» para ganar votos y «tapar sus vergüenzas»: falta total de proyecto político, dependencia del extranjero y la «pasta», porque «¡menudo negocio ha montado con el patriotismo!».
El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, ha alabado la «valentía» del presidente del Gobierno por, en su opinión, haber «cogido el toro por los cuernos» en el debate migratorio y ha reprochado al PP que haya roto las negociaciones para el reparto de menores inmigrantes «de forma irresponsable», al tiempo que ha calificado de «racistas» a los diputados de Vox.
De «racistas» ha tachado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, a «la derecha catalana y española» al no «tener problemas» con la acogida de inmigrantes de Venezuela o de Ucrania pero sí de África.
Y «racismo soft», además de «paternalista», es el término que ha usado la líder de Podemos, Ione Berlarra, para calificar, en este caso, la comparecencia de Pedro Sánchez, al que ha acusado de dar una «visión utilitarista sobre las personas migrantes que no respeta el derecho a migrar».
En su réplica, Sánchez ha respondido a la diputada que ambos tienen ya «cierta edad» para «ir repartiendo carnés de progresismo», y le ha indicado que su discurso sobre inmigración no es acertado porque sitúa al migrante en una posición pasiva y de debilidad.
La diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, ha abroncado al resto de los grupos por el poco tiempo que han dedicado a hablar de inmigración. Al PP, ha reprochado que haya suspendido las conversaciones sobre la acogida de menores migrantes y al Gobierno, que no haya las debidas explicaciones sobre por qué Frontex y la Comisión Europea dicen que pueden hacer más pero España no lo pide.
La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, ha pedido «acoger y respetar» a los inmigrantes que llegan al país, que «son y deben ser parte de nuestra sociedad» y ha acusado a la bancada popular de llevar a la Cámara sus «obsesiones racistas y supremacistas bañadas de rencor y odio».
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha reclamado un pacto de Estado sobre inmigración, porque el «nerviosismo» general que hay «no va a cambiar hablando solo de la pirámide de población», y el diputado de UPN, Alberto Catalán, ha coincidido en la necesidad de abordar este asunto como una cuestión de Estado.
El portavoz socialista, Patxi López, ha remarcado la «diferencia abismal» en materia de migración que existe entre Feijóo y Sánchez. El primero «hace tiempo que abrazó el discurso xenófobo de la extrema derecha» y «viene vinculando inmigración y delincuencia» y el segundo «consiguió un acuerdo en la Unión Europea para tratar de manera solidaria el fenómeno de la inmigración» y «viaja a Mauritania y a Gambia y a Senegal para buscar acuerdos con los que combatir las mafias que trafican con seres humanos», ha apuntado.