El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha garantizado que el reciente acuerdo al que ha llegado con Marruecos sobre el futuro del Sáhara Occidental garantiza la soberanía territorial de ambos países y sienta la bases para una relación «mucho más sólida» en seguridad e inmigración. «Nunca es tarde si la dicha es buena», ha asegurado Sánchez en una comparecencia de prensa en Ceuta, ciudad que visita este miércoles junto a Melilla tras el giro de la posición española sobre el Sáhara.
Mientras, en Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, cree que España debe ser parte activa en el conflicto entre Marruecos y el Sáhara Occidental después de ser mero espectador durante años, aunque Podemos insiste en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le debería dar explicaciones como socio que es del Ejecutivo de coalición. La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, se ha vuelto a alinear con los partidos políticos de izquierda y reclama una explicación a Sánchez, que este miércoles ha eludido en la sesión de control al Gobierno en el Congreso al dejar todo el protagonismo al ministro de Asuntos Exteriores. «España lleva demasiados años siendo espectador y sin hacer nada ante el conflicto del Sáhara Occidental» y tiene que dejar de ser espectador.
«Esto es lo que quiere hacer España en el marco de las resoluciones de las Naciones Unidas», ha señalado Albares el día en el que diario El País publica la carta que el presidente del Gobierno envió el martes pasado al rey de Marruecos Mohamed VI. Una misiva que ha reconocido Albares y que en su opinión es »mutuamente reconocible« por ambos países. «La famosa carta», ha señalado, minutos después de que la portavoz del PP, Cuca Gamarra, haya preguntado por ella a Sánchez y el presidente haya evitado comentarios. Ha sido en respuesta a una pregunta del líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, cuando el jefe del Ejecutivo ha dejado claro que hablará »largo y tendido« sobre el Sáhara y la relación de España con Marruecos en su comparecencia del 30 de marzo.
De esta forma Sánchez no ha entrado en el fondo del cambio de posición, por el que España considera ahora la propuesta de Rabat de autonomía para el Sáhara la «base más seria» para la resolución del conflicto, aunque tanto la bancada de la derecha como de la izquierda le ha criticado una actuación sin consenso parlamentario. «Un giro inexplicable» que no responde de ninguna manera »ni al espíritu de la coalición progresista, ni al acuerdo de Gobierno ni a su propio programa electoral«, recalcaba la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y líder de Podemos, Ione Belarra, al inicio del pleno. Y es que aunque Belarra ha reiterado que no se plantean romper el gobierno de coalición, algunos socios parlamentarios como ERC o Más País sí alertan de que la legislatura se le puede ir de las manos a Sánchez. «Estamos en un momento de bifurcación de la legislatura», ha alertado Errejón. «El Gobierno no puede equivocarse de prioridades. Debe estar a lado de los autónomos y de las familias porque de eso depende su suerte y la de toda España» ha subrayado.
Mientras, Rufián añadía dirigiéndose a las «señorías del PSOE» que «la calima, la arena del Sáhara, aún dura, aún queda en Madrid y cuando la vean, acuérdense de la traición al pueblo saharaui». Fuentes de ERC no descartan incluso pedir la reprobación del ministro Albares en caso de que haya problemas de suministro con Argelia debido a este cambio de posición. Pero Rufián también ha avisado a la izquierda. Tienen que hacer una reflexión y preguntarse si no están hartos de decir que viene la ultraderecha mientras el líder de Vox, Santiago Abascal, «se pasea por manifestaciones de la clase trabajadora». «Tenemos que dejar de militar exclusivamente en la moral y empezar a militar en la utilidad», ha incidido en un pleno en el que casi todo el arco parlamentario ha pedido medidas económicas antes del 29 de marzo y en el que Sánchez ha insistido en que se está construyendo un acuerdo de país en el que espera el apoyo del PP. Gamarra le ha respondido: «Cambia de un plumazo la política exterior de España en un tema tan delicado como es el Sáhara, sin traerlo a este parlamento y traicionando su propio programa electoral y lo hace con un gobierno roto, y en absoluta minoría que se entera por el reino de Marruecos de lo que pasa. Tendría que estar aquí compareciendo y dando explicaciones, pero menosprecia esta cámara y, con su soberbia, a los españoles».
PP, Vox y Ciudadanos han reprochado a Sánchez su parálisis permanente ante las huelgas de ganaderos, agricultores, pescadores o del sector del transporte y le urgen a aprobar medidas inmediatas y dejarse de excusas. «Parece que se ríen de nosotros», ha censurado el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, mientras el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros le recriminaba que acuse a los colectivos que se manifiestan contra sus políticas de ser de ultraderecha. «No están escuchando a la gente de la calle», incide después de que Sánchez haya anunciado que esta misma semana se cerrará un acuerdo con los transportistas para amortiguar el alza del precio de la gasolina y el gasóleo.