La OCDE ha revisado netamente al alza sus expectativas para la economía española este año y es más optimista incluso que el Gobierno, ya que espera un crecimiento del 6,8 %, nueve décimas más de lo que había anticipado a finales de mayo y probablemente el más elevado de los países miembros.
En su informe intermedio de Perspectivas presentado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) supera con creces la previsión más reciente del 6,1 % del Ejecutivo español para 2021, pero también el 6,2 % que habían estimado en julio tanto la Comisión Europea como el Fondo Monetario Internacional.
Las razones principales de esta revisión son el nivel de vacunación alcanzado, ya que España es el país del G20 con un porcentaje más alto de la población que ha recibido al menos una dosis (casi el 90 %), así como los fondos europeos de recuperación, de los que será uno de los principales beneficiarios. También los buenos indicadores económicos del segundo trimestre, que han sorprendido a los analistas de la organización y les han llevado a corregir las proyecciones para el resto del año.
La economista de la OCDE Müge Adalet McGowan subraya que el mercado de trabajo está teniendo un comportamiento mejor que el esperado, al igual que la inversión y el consumo, gracias al ahorro acumulado y al restablecimiento de la confianza en la economía.
UNA RECUPERACIÓN MÁS PREMATURA
Aunque el turismo extranjero está lejos de haber vuelto a los niveles precrisis, el doméstico ha contribuido con una aportación fuerte a sostener el sector. «La recuperación ha llegado antes de lo que esperábamos», resume Adalet McGowan. Las proyecciones para 2022 son también superiores a las anticipadas a finales de mayo, ya que la organización calcula que el producto interior bruto (PIB) subirá un 6,6 %, tres décimas más.
La inflación y en particular el tirón de los precios de la electricidad está siendo el gran tema de debate económico y político, pero la OCDE no lo percibe por ahora como un riesgo importante para la economía española. Según su análisis, «es un efecto temporal» que debería moderarse con el tiempo, sobre todo una vez que se superen los problemas de abastecimiento que existen en algunos sectores productivos -el más conocido es el de los semiconductores- por el tirón de la demanda mundial.
UNA INFLACIÓN MÁS MODERADA EN 2022
De hecho, después de una inflación media del 2,4 % en España en 2021, la OCDE cree que en 2022 los precios se ralentizarán al 1,9 %, es decir, al mismo nivel que en el conjunto de la zona euro y por debajo del 2 %, que es el techo del objetivo que se marca el Banco Central Europeo (BCE).
Sobre la electricidad, asume que las medidas que tome el Gobierno no pueden tener un gran efecto en los precios a corto plazo, teniendo en cuenta la dependencia del gas importado cuya cotización se ha disparado, pero considera que se puede avanzar en una mayor competencia.
Más allá de la energía, España es el país de la serie donde menos han subido los precios de la vivienda desde el comienzo de la crisis de la covid: apenas un 2 % en un año y medio, mientras se han disparado en torno al 10 % en Francia, Reino Unido o Alemania y hasta un 20 % en Estados Unidos.
El fuerte tirón de la economía española este año tiene que ver también con el hundimiento que sufrió en 2020 (-10,8 %), el mayor de los países de la OCDE y del G20. Eso ha dejado cicatrices profundas. Una de ellas es el paro juvenil, con siete puntos porcentuales de aumento entre finales de 2019 y el segundo trimestre de 2021, el tercer mayor incremento entre los miembros después de Estonia y Grecia.
Otra es el retraso de producción, que tardará en recuperarse. Pese a las buenas estadísticas del segundo trimestre, el PIB español seguía estando un 7 % por debajo del que tenía a finales de 2019, antes de que estallara la crisis, cuando Estados Unidos, Austria y Corea del Sur ya estaban por encima