El sargento primero Francisco Rodríguez Sánchez, de la dotación del buque de investigación oceanográfica Hespérides, ha fallecido este sábado en el Hospital Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, donde se encontraba ingresado por COVID-19 desde el pasado 9 de enero tras desatarse un brote en el barco.
Según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado, la Armada ha lamentado «profundamente» el fallecimiento de Rodríguez Sánchez, quien se encontraba en la UCI del hospital canario desde el 13 de enero, tras el empeoramiento de su situación clínica.
El Hespérides atracó en el puerto de Las Palmas el 4 de enero tras ser detectado a bordo un foco de COVID-19 que llegó a afectar a 39 de sus 58 tripulantes cuando efectuaba su tránsito desde Cartagena (Murcia) a Punta Arenas (Chile) para participar en la Campaña Oceanográfica, señala el comunicado.
Veinticuatro días después, el 28 de enero, el buque zarpó de Las Palmas de Gran Canaria de regreso a su base en Cartagena tras superar el brote de coronavirus, según ha informado la Armada en un comunicado.
Aunque desde la Armada siempre se ha afirmado que se actuó conforme a los protocolos de la COVID-19, uno de los militares de la tripulación, que quiso mantener el anonimato, denunció el 19 de enero que se sentían abandonados y que el confinamiento no se cumplía en el buque.
Según su queja, algunos contagiados asintomáticos salían de sus camarotes a zonas comunes a fumar; los tripulantes sanos entregaban la comida a los positivos en sus camarotes sin EPI, solo provistos de mascarillas quirúrgicas y guantes; y las desinfecciones que se practicaron fueron insuficientes.
Desde la Armada se aseguró que el buque cumplía de forma rigurosa los protocolos sanitarios establecidos por la Inspección General de la Defensa y recomendaciones del Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa (IMPDEF).
Asimismo, se informó entonces de que se realizaron dos desinfecciones de los camarotes de los positivos y de todas las zonas comunes del buque; que se aisló a toda la dotación en cabinas individuales; y que los contagiados eran atendidos por el servicio médico y la comida, siguiendo los protocolos, se les servía con trajes EPI.