La empresaria Corinna Larsen ha asegurado este viernes que le aterrorizaron las reiteradas amenazas que recibió del exjefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, quien le dijo que si no seguía determinadas recomendaciones e instrucciones, él no iba a poder asegurar su seguridad física ni la de sus hijos.
Así lo ha dicho en su declaración como testigo en el juicio que este viernes ha comenzado en Madrid contra el excomisario José Villarejo, acusado de calumnias al exdirector del CNI.
La defensa de Villarejo ha preguntado a la testigo si las amenazas de Sanz Roldán le aterrorizaron. «Por supuesto me aterrorizó, aterrorizarían a cualquiera. El hecho de que el jefe de seguridad viniese a visitarme a Londres ya era bastante escalofriante», ha respondido.
Corinna Larsen, amiga del rey emérito, ha explicado también que en un ocasión encontró en el lugar donde se hospedaba un libro que hablaba de una supuesta conspiración en la muerte de Lady Diana la muer y que luego recibió una llamada de un número secreto en la que le decían que «había muchos túneles secretos entre Mónaco y Niza».
Para Larsen, que ha declarado desde Londres por videoconferencia, estos hechos dejaban de manifiesto la situación en la que se encontraba de «constantes amenazas y peligro».
Preguntada si denunció estos hechos o si se lo planteó, ha reconocido que discutió esta posibilidad en su día con sus abogados, pero estaba «aterrorizada».
«Además, tenga en cuenta que el hecho de denunciar al señor Roldán como jefe de la seguridad del Estado, tendría que haber denunciado al rey Juan Carlos por darle las órdenes y al tener inmunidad diplomática o estar el rey protegido por la ley, no tendría ninguna consecuencia ni aseguraría mi seguridad en Londres», ha manifestado.
Ha relatado que en abril de 2012 recibió un mensaje en el que se le avisaba que estaban ocupando su casa de Mónaco y, como no entendía nada, avisó al rey Juan Carlos para pedirle una explicación.
«No fue claro, pero me comunicó que Sanz Roldán estaba llevando una operación para asegurarse de que se me protegía de los paparazzis», ha continuado.
Larsen ha reiterado que tenía miedo y que no le proporciono una explicación adecuada a la presencia de agentes secretos españoles en su casa y en sus oficinas.
«No se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, como una persona normal, una mujer que se encuentra enfrentada a unas personas tan poderosas y en territorio extranjero», ha proseguido.
Ha relatado que conoció a Villarejo de la mano de Juan Villalonga, un amigo muy cercano que le dijo que «después de las amenazas que había recibido era aconsejable» que se reuniese con él por que tenía «información importante» y quería ayudarle.
Larsen comentó a Villarejo las amenazas que recibía de Sanz Roldán, según ha declarado el propio excomisario en el juicio.
«¿Por qué esperó tanto tiempo a sacar a la luz estos hechos que habían ocurrido en 2012 (el procedimiento se inicia en 2018) y por qué ante ese temor que tenía no denunció?», le ha preguntado la Abogacía del Estado
«Cuanto más asustado estás, estás enfrentándote a personas con determinado nivel de poder, no sacas hechos a la luz a no ser que estés siendo respaldado por otras personas», ha contestado antes de recordar que hasta 2019 Sanz Roldán seguía siendo el jefe del CNI y seguía teniendo inmunidad diplomática
Durante el interrogatorio, ha relatado los barridos de micrófonos que agentes españoles hicieron en su apartamento de Mónaco. La solicitud de hacerlo durante cinco días le pareció que «no tenía sentido» porque era pequeño y con un día hubiera bastado y porque en ese país está prohibido colocar micrófonos y cámaras, ya que «ellos mismos ya tienen su propio sistema de seguridad·».
Corinna Larsen trasladó al rey Juan Carlos su incomodidad por las amenazas y la entrada y salida de su casa de los agentes. Quizá por ello, ha precisado, Sanz Roldán le pidió disculpas.
Fue el rey emérito quien le informó de que Sanz Roldán iría a Londres expresamente para reunirse con ella. «No tenía opción a negarme a dicha reunión», ha confesado.
«Es importante resaltar que Sanz Roldán siempre quería dejar que constase que era el rey quien le daba órdenes», ha añadido antes de afirmar que el exjefe del CNI fue a un hotel a entrevistarse con ella, algo que le incomodaba porque ya había tenido varios incidentes en Londres con «un extraño que estaba entrando en mi habitación».