El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz ha acusado al que fuera su segundo, Francisco Martínez, de haber manipulado los mensajes que su subordinado dice que se cruzaron sobre la Operación Kitchen, a lo que éste le ha respondido, airado: «¿Me estás acusando de un delito de falsificación?».
Ambos se han enfrentado este viernes al careo que acordó el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ante las versiones dispares que ofrecieron hace dos semanas al prestar declaración como imputados en esta pieza del caso Villarejo, la número 7.
Nada ha cambiado desde entonces, y los dos se han mostrado firmes en sus versiones: Fernández Díaz ha mantenido que nunca supo nada de esa operación, mientras que Martínez asegura que fue el exministro el primero en preguntarle por el chófer que supuestamente espió a Luis Bárcenas.
El cara a cara ha comenzado con ciertos titubeos. Sentados juntos frente al juez, aunque con distancia de seguridad y mascarilla, han comenzado a hablar dirigiéndose al magistrado, que ha tenido que intervenir para indicarles que debían hablar entre ellos, han informado fuentes presentes en la declaración.
Ha sido Martínez el primero en romper el hielo para reprochar al que fuera su jefe su negativa a reconocer los mensajes que, según él, ambos se cruzaron en 2013 sobre el supuesto operativo para espiar al extesorero del PP, y que él registró ante notario poco después de su imputación.
«Tú me preguntaste por el chófer, no sé si porque te lo dijo algún periodista, pero ese mensaje me lo mandaste», ha dicho al exministro en un clima que ha comenzado con cierta cordialidad, pero que, según las fuentes, se ha ido tornando más tenso según transcurría el careo, que se ha prolongado dos horas.
Además de negar cualquier conocimiento sobre la Operación Kitchen, de la que, sostiene, se enteró por la prensa, Fernández Díaz ha vuelto a rechazar una vez más la autoría de unos mensajes que, ha dicho, están manipulados. Para demostrarlo, ha aportado un informe pericial informático.
«¿Me acusas de cometer un delito de falsificación?», le ha respondido Martínez, que ha negado haber manipulado ningún mensaje. De habérselos inventado, ha dicho, hubiesen sido más explícitos.
Durante el careo, el exministro ha accedido en primer término a aportar al juez el móvil, si bien después ha advertido «que estaba a lo que dijera su letrado», quien ha rechazado aportar el terminal por no ser el que Fernández Díaz utilizaba en 2013.
Por ello, al finalizar el cara a cara, el magistrado ha dictado un auto donde requiere al exministro ese móvil o, en su caso, el anterior del que ahora dispone, que considera «efecto» del delito, al considerar «esencial» despejar las dudas sobre si envió o no los mensajes, y le advierte de las posibles responsabilidades en caso de ocultación o destrucción de efectos judiciales.
Una vez entregado, Fernández Díaz volverá a ser citado para examinar el móvil.
En declaraciones a los medios, su defensa ha insistido en que los mensajes habían sido manipulados y ha recordado que, según consta en un informe policial, cuando Martínez supo que el juzgado iba a requerirlos llamó al notario para pedirle que borrara parte de los mensajes, lo que ha considerado «sospechoso».
En varias ocasiones, según las fuentes, Martínez se ha dirigido al exministro con un «sabes que te tengo mucho aprecio» y ha reiterado que decidió protocolizar los mensajes porque se había sentido solo y dolido por cómo había reaccionado ante su imputación.
Reproche al que el exministro ha contestado cuestionándole qué esperaba que él hiciese al respecto si nunca supo nada de los hechos que se investigan, al tiempo que le lanzaba otra recriminación. «Estoy sentado aquí por ti», le ha dicho, según las fuentes, dado que su imputación se basó fundamentalmente en dichos mensajes.
También tenso ha sido el momento en el que el exministro le ha recriminado que se haya referido a él con descalificaciones e insultos como «bobo» o «tonto"; su segundo ha insistido en que estaba dolido por su indiferencia y ha reconocido que puede que haya utilizado expresiones malsonantes y que las retiraba.
«Chófer B. Sergio Javier Rios Esgueva (ahora hace esa función con su mujer)», decía uno de los controvertidos mensaje que, según Martínez, le envió el exministro el 13 de julio de 2013.
«Entiendo que hablamos mañana en cuanto tengas el contacto Cecilio», le preguntó en otro Martínez. La contestación fue: «Yo lo tendré al acabar el Consejo, así hemos kedado (sic). Total coordinación y medios. Hay que conseguir esa info...».
Pero, según la defensa del exministro, esta forma de utilizar la letra «k» no es propia del estilo de Fernández Díaz, algo que Martínez le ha rebatido al decir que tiene contactos registrados en el móvil en los que sustituye la «c» por la «k» y que incluso utiliza en ocasiones emoticonos. El exministro ha contestado que lo guarda así para diferenciarlos de otros similares.
En relación con el «contacto Cecilio» mencionado en dicho mensaje, Martínez ha cargado contra el exministro por decir que no sabe a qué se refiere este término -utilizado en el ámbito policial para referirse al CNI- cuando llevaban años hablando de «los Cecilios».