El futuro presidente ejecutivo de la entidad resultante de la fusión CaixaBank-Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha destacado este viernes que la operación llega en un momento en que es «más necesario que nunca» crear entidades con un tamaño «crítico», capaces de apoyar a familias y empresas.
El hasta ahora presidente de Bankia ha explicado en una nota de prensa conjunta que esta fusión, que conforma «la primera franquicia española», contribuirá también a reforzar la solidez del sistema financiero, al tiempo que continuará desarrollando «las mejores prácticas de gobierno corporativo».
Asimismo, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, que ocupará el mismo cargo en la entidad fusionada, ha destacado que la operación permitirá a ambas entidades afrontar «los desafíos de los próximos 10 años con mayor escala, fortaleza financiera y rentabilidad».
Y ello se traducirá en «un mayor valor» para los accionistas, en «más oportunidades» para los empleados, en un mejor servicio a los clientes y en «una mayor capacidad para apoyar la recuperación económica en España».
Los consejos de administración de CaixaBank y Bankia dieron este jueves por la noche luz verde a la unión de ambas entidades, que se ejecutará mediante la modalidad de fusión por absorción de Bankia por CaixaBank, y debe ser aprobada por las Juntas Generales, que está previsto que se celebren en noviembre.
El acuerdo consiste en una ecuación de canje de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia, e incluye una prima del 20 % sobre la ecuación de canje a cierre del 3 de septiembre, explica la nota.
La nueva entidad, que mantendrá la marca CaixaBank, será el banco de referencia en España con más de 20 millones de clientes, una cuota en créditos del 25 % y del 24 % en depósitos y una presencia geográfica «diversificada y equilibrada».