El Ingreso Mínimo Vital se empezará a cobrar a partir de junio. Así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia desde el palacio de la Moncloa.
Sánchez ha dicho que el Ejecutivo va a aprobar la próxima semana el Ingreso Mínimo Vital en Consejo de Ministros, un anuncio que ya había avanzado este lunes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
«Es una medida histórica para que nadie se quede atrás», ha manifestado este sábado el presidente del Ejecutivo durante su comparecencia en rueda de prensa telemática desde La Moncloa.
En este sentido, Sánchez ha explicado que «será una prestación habitual, permanente, que ya existe en otros países de Europa, para reducir la tasa de pobreza».
La cuantía del Ingreso Mínimo Vital, según ha destacado Sánchez, dependerá del número de miembros de cada hogar y empezará a cobrarse el próximo mes de junio.
El Gobierno, prevé que llegue a un millón de hogares, la mitad de ellos sin con niños, y será una prestación de la Seguridad Social, según ha indicado.
Para el presidente del Gobierno, «es vital frenar y reducir la pobreza, especialmente la pobreza infantil». «El Gobierno no va a mirar para otro lado mientras nuestros compatriotas forman colas para comer», ha sentenciado.
Ha explicado que la cuantía del ingreso dependerá del número de miembros de cada hogar, ya que se analizarán las rentas en conjunto de cada familia.
Se fijará por tanto un mínimo por familia y el ingreso servirá para complementar la diferencia.
Sánchez ha señalado que el Gobierno no puede «mirar hacia otro lado» cuando hay «compatriotas haciendo colas para comer».
Reforma laboral
Sánchez ha justificado el pacto del PSOE con Bildu alegando que «los votos no estaban garantizados» para que saliera adelante la prórroga del estado de alarma y ha cargado contra el PP por votar en contra. Dicho esto, y ante la polémica generada por el acuerdo con la formación abertzale, ha señalado que no ve contradicción entre las declaraciones del vicepresidente y líder de Podemos, Pablo Iglesias, y de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, sobre la derogación de la reforma laboral.
«No me parecen contradictorias», ha declarado Sánchez al ser preguntado expresamente si apoya la versión de Calviño asegurando que es «absurdo y contraproducente» derogar la reforma laboral o la de Iglesias, que ha dicho que se derogará de manera íntegra esa norma que impulsó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012.
En una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha insistido en que lo que se votaba el miércoles en el Pleno del Congreso era la quinta prórroga del estado de alarma para «poder pilotar de una manera eficaz el proceso de desescalada» con el control de los movimientos de los ciudadanos.
Así, y ante las numerosas preguntas sobre este tema, ha insistido que lo que se estaban «jugando» era la «salud pública». «Si no se hubiera aprobado, mañana mismo cualquier persona podría haber cogido el coche y desplazarse a su segunda residencia en la costa o en la montaña», ha advertido.
El jefe del Ejecutivo considera «insólito» que el PP, principal partido de la oposición, pusiera «en riesgo» que saliera adelante esa prórroga al votar que «no» en el Pleno del Congreso, lo que llevó al PSOE a dialogar con otros grupos para lograr apoyos.
«Esa posición del PP hace que se abra la espita en la interlocución del Gobierno de España a otros debates que nada tienen que ver con la emergencia sanitaria ni con la salud pública. Tienen que ver con compromisos de legislatura, con compromisos de investidura o con planteamientos de financiación o de aprobación de leyes», ha enfatizado, para reiterar que eso «se podría haber evitado» si el PP se hubiera abstenido o votado a favor.
Desequilibrios
El presidente del Gobierno, que no ha citado a Bildu en su comparecencia, ha señalado que la reforma laboral aprobada en 2012 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy «no fue pacífica» sino que fue «impuesta por la mayoría absoluta del PP», que tenía 186 escaños y «rompió el diálogo social». Desde ese año, ha proseguido, «existe un malestar» en muchos sectores como consecuencia de esa «imposición».
Sánchez ha afirmado que la reforma laboral incluye «desequilibrios» que el Gobierno de España «aspira a corregir» y ha agregado que quieren hacerlo en el ámbito del diálogo social y de la comisión de reconstrucción que se va a impulsar en el Congreso.
Tras confesar que tiene «buena relación» con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que es un «patriota» y una persona con «sentido de Estado», se ha mostrado convencido de que ese diálogo social se «retomará cuanto antes». El miércoles la patronal suspendió ese dialogo social en respuesta por el acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral.
Cuatro años
Al ser preguntando si cree que la legislatura durará cuatro años tras el «no» de ERC y Compromís a la quinta prórroga del estado de alarma, Sánchez ha subrayado que lo que «necesita España y pide el sentido común es estabilidad, gobernabilidad y ponerse manos a la obra» para recuperar el crecimiento económico y la senda de creación de empleo perdida. De la misma manera, ha dicho que deben trabajar en Europa para que les vea «unidos» con el fin de pedirle que se «mueva» y ofrezca una respuesta común».
«En eso está el Gobierno de España, no está en otras disquisiciones y hay otras formaciones políticas que piensan que el Covid puede ser una oportunidad para derrocar el Gobierno, creo que se equivocan porque hay cuatro años por delante», ha dicho, para recalcar que además «no hacen bien» al país porque ahora se necesita «estabilidad, confianza y arrimar el hombro».