Víctor, un niño de Barcelona de tres años que ha permanecido casi toda su vida conectado 18 horas diarias a máquinas de alimentación parenteral, fue dado de alta el pasado viernes del Hospital La Paz de Madrid tras superar con éxito un trasplante de seis órganos -estómago, hígado, duodeno, intestino delgado, segmento de colon y páncreas-.
Según ha informado en un comunicado la asociación NUPA, dedicada a atender a niños, adultos y familias con fallo intestinal, nutrición parenteral o trasplante múltiple, el niño pasó ocho semanas entre la UCI y la Planta de Rehabilitación Intestinal del Hospital La Paz, justo en medio de la pandemia de COVID-19.
«Su historia es mucho más que una lección de esperanza en medio de la tragedia», han explicado los responsables de NUPA, que han acompañado a la familia y han ofrecido un hogar de acogida en Madrid a Víctor y Amparo, los padres del menor.
El niño llevada casi tres años en lista de espera de un trasplante de seis órganos y a finales de febrero sus padres recibieron una llamada de la Unidad de Rehabilitación Intestinal y Trasplante Multivisceral del Hospital La Paz de Madrid para comunicarle que había surgido un posible donante para su hijo, al que diagnosticaron una gastrosquisis -fallo intestinal- cuando aún no había nacido.
«Tras una ecografía rutinaria me dijeron que el niño venía con gastrosquisis», ha recordado la madre.
Viajaron a Madrid, al único hospital de referencia nacional especializado en fallo intestinal, y allí les dijeron que necesitaría un trasplante multivisceral y, hasta que llegase, tenía que vivir conectado a una máquina de nutrición parenteral y alimentarse a través de un catéter durante 18 horas al día.
Cuando recibieron la llamada del Hospital La Paz, «una ambulancia nos llevó desde el hospital a la estación de Sants a coger un AVE», rememoran los padres, que ahora tendrán que ser ellos quienes administren al niño los múltiples inmunodepresores que deberá tomar.
«Una vez en Madrid todo fue rodado. A las siete de la mañana los cirujanos salieron por fin del quirófano: habían terminado. Todo había sido un éxito. Verle después de la operación fue impresionante. Le habían cambiado el estómago, hígado, duodeno, intestino delgado, segmento de colon y páncreas», ha informado el padre, Víctor González.
Los padres reconocen que la pandemia de coronavirus ha sumado más nervios a la situación, ya que tanto los padres como el personal sanitario han reforzado las medidas de precaución posibles.
«Mantenían la distancia de seguridad con el niño siempre que podían, intentaban no meter maquinaria externa dentro de la habitación, se desinfectaba todo continuamente, nos indicaban cómo dar la medicación para evitar tocar el personal todo lo que iba a necesitar el niño después», han subrayado los padres, que agradecen «el esfuerzo de los equipos sanitarios, que ha sido impresionante».
Víctor ya está en cuarentena en su domicilio de Barcelona, desde donde sus padres dicen: «No queremos visitas ni salidas hasta que pase todo esto. Sabemos que todo saldrá bien, pero no queremos jugar a la ruleta rusa nunca más».
El pequeño fue despedido con aplausos por el personal sanitario de La Paz.