Mucho han tardado los respectivos partidos políticos en utilizar la crisis del coronavirus como arma arrojadiza contra su respectivo contrincante, pero finalmente ha sucedido. Tras los primeros días de alerta y silencio respetuoso entorno a esta cuestión, este pasado lunes el propio presidente del Partido Popular, Pablo Casado, atacó en rueda de prensa la gestión del Gobierno sobre un tema que ocupa y preocupa a un buen número de españoles.
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Casado apuntó ante los periodistas que se necesita un «paquete de medidas extraordinarias y urgentes» para frenar el impacto económico del coronavirus, y este martes reúne a su propia comisión de seguimiento y evaluación de la crisis sanitaria. Pero hay quien va más allá.
La diputada conservadora gallega y secretaria nacional de Emigración en la formación que preside Casado, Ana Vázquez Blanco, añadió que tal vez las ministras socialistas del Gobierno que el domingo acudieron a las manifestaciones del 8M con motivo del Día de la Mujer tenían más información que el resto de los mortales.
Según la diputada, esto se desprende del hecho de que la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y la exministra de Trabajo, Magdalena Valerio, fueran vistas con sendos guantes de látex feministas de color morado, sosteniendo las pancartas o abrazándose a otros manifestantes en los momentos del pasado 8 de marzo.
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En este contexto, son variopintas las propuestas de los partidos para tomar el timón de la situación. Vox apuesta por el cierre de fronteras, y denuncia que las medidas de contención del Gobierno para el coronavirus «han fallado» por «inexistentes». De este modo apuesta por «cerrar el grifo» y restringir los movimientos de personas desde el exterior.
Uno de los efectos políticos más destacados por la propagación del coronavirus en España ha sido el aplazamiento de la asamblea general de Ciudadanos hasta que «las circunstancias lo aconsejen».
En cualquier caso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido contactos con los principales líderes de la oposición, así como el resto de portavoces parlamentarios y presidentes autonómicos para lanzar un mensaje de unidad, serenidad y rigor frente al «desafío» de salud pública que supone el brote por la COVID-19 en España.