La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, se ha comprometido este martes ante el pleno del Senado a impulsar con la máxima prioridad las políticas de memoria histórica, con medidas como la exhumación de represaliados del franquismo, y de tratar esta materia como una auténtica «política de Estado».
Calvo se ha encargado de responder en nombre del Gobierno a la pregunta con la que se ha estrenado la primera sesión de control del Senado en esta legislatura, y que el grupo socialista ha dedicado a hacer patentes los planes del Ejecutivo para recuperar la «memoria democrática», según el senador del PSOE Magdaleno Alegría.
Tanto la vicepresidenta como el parlamentario socialista han hecho hincapié en el «parón» que para la memoria histórica supusieron los siete años de gobiernos del PP en los que, ha recordado Alegría, el entonces presidente Mariano Rajoy «se jactó públicamente» de no dedicar «ni un solo duro» a estas cuestiones.
En cambio, Carmen Calvo ha procurado poner énfasis en el carácter prioritario que el Gobierno de coalición va a dar a estas políticas «para defender la democracia en el presente y para mantenerla viva en el futuro» de un país que ha definido como «una de las grandes democracias del mundo».
«La democracia se tiene que mirar a sí misma con las gafas de la verdad», ha advertido antes de calificar de «craso error» el «parón extraordinario» al desarrollo de la Ley de Memoria Histórica de 2007 que mantuvo el PP, una norma que el Gobierno quiere modificar «para tomar nuevas iniciativas».
La más importante, ha subrayado, es la exhumación de los represaliados del franquismo que todavía quedan en muchas cunetas porque, ha señalado, «España y la democracia española no pueden tener desaparecidos».
«Tenemos que seguir abriendo las fosas donde están compatriotas nuestros que entregaron su vida para seguir sembrando las libertades, los derechos y la democracia de la que ahora nosotros nos beneficiamos», ha proclamado arrancando los primeros aplausos de la sesión en las filas del grupo parlamentario socialista.
Ha insistido en el peligro que supone el «desinterés» ante una «repetición» de aquella etapa y por ello ha ratificado que se identificarán «a tantos cuantos» desaparecidos se pueda por la «deuda de gratitud» con ellos y sus familiares, que han estado esperando en silencio «a que la democracia respondiera».
Esta será, ha proseguido, una «verdadera política de Estado» que equiparará a España a otras democracias en el mundo, especialmente las europeas. Ha concluido asegurando: «No vamos a parar ni un solo instante para, como dijo el presidente Azaña, lograr paz, perdón y justicia», en referencia al que fue presidente de la II República.