La lotería de Navidad se ha convertido en una de las tradiciones navideñas más extendidas en nuestro país. Alrededor de este sorteo surgen algunas cuestiones como qué hacer si se ha extraviado o estropeado el décimo, o qué hacer si no se recibe el premio teniendo una participación en un billete agraciado.
En primer lugar, para evitar problemas a la hora de repartir un premio en caso de tener un décimo compartido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda tener en cuenta que un décimo de Lotería es un documento al portador y, en principio, el premio lo recibe quien lo tiene en su poder.
Sin embargo, en caso de que la lotería sea compartida, basta con que el depositario del décimo lo fotocopie y entregue a cada participante una copia firmada (con el nombre y DNI del depositario) en la que se indique que tal persona juega en ese sorteo, a ese número, y en su caso, serie y fracción, una cantidad de euros determinada.
También puede servir de prueba una foto del décimo enviada a través de Whatsapp o correo electrónico. No obstante, para que sirva de prueba deben aparecer los datos del depositario, los participantes y la participación de cada uno.
Con el objetivo de evitar cualquier tipo de problemática, la OCU añade 6 claves o recomendaciones:
- Guardar los décimos y hacer fotocopias del anverso y del reverso.
- Si se comparten décimos, hacerlo constar por escrito o en un soporte duradero; las palabras, en caso de conflicto, no sirven como prueba.
- Si se encargan o intercambian décimos enteros, procurar recogerlos y pagarlos antes del sorteo.
- Si se pierde el número, denunciar en Comisaría y en Loterías y Apuestas del Estado
- Si el décimo se estropea, por ejemplo, porque se cuela en la lavadora, hay que entregarlo a la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado, que determinará si se puede cobrar el premio. Y si está muy irreconocible, será la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre la que se pronuncie.
- En otros casos, los tribunales atienden a otras pruebas para dictar el abono del premio, por ejemplo, el hecho de que nadie lo reclame, el análisis de los fragmentos o el testimonio del vendedor.