Dos días después de la debacle de Susana Díaz, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, reúne a su ejecutiva para analizar las opciones de gobernabilidad en Andalucía y su posible repercusión en las municipales, autonómicas y europeas de mayo, así como en la continuidad de su propio Ejecutivo.
Sánchez ha convocado a mediodía al medio centenar de miembros de la ejecutiva socialista, después de que ayer el secretario de Organización, José Luis Ábalos, abriera la puerta a la dimisión de Díaz y anunciara que la dirección federal se va a «implicar absolutamente» tanto en el proceso para intentar gobernar en Andalucía, como en el de la «necesaria regeneración» del PSOE andaluz.
Sus palabras no gustaron a la presidenta andaluza en funciones, que rechazó dimitir con el argumento de que ha ganado las elecciones y que exhibió el apoyo de los suyos en lo que se perfila como una reapertura de las heridas internas que dejaron las primarias de hace año y medio en sus partidarios y los de Sánchez, cuando estos se enfrentaron ferozmente por el liderazgo del partido.
En esa línea, el alcalde de Valladolid y portavoz de la ejecutiva federal, Óscar Puente, ligó los malos resultados de Díaz a su «aventura» para convertirse en la secretaria general y advirtió de que «cada uno tiene que hacerse responsable de sus éxitos y sus fracasos».
Emulando los enfrentamientos verbales de las primarias, la máxima autoridad del PSOE en Sevilla, Verónica Pérez, se preguntó «cómo es posible que se pida la dimisión de quién gana unas elecciones y no se le pida responsabilidades a quien las pierde ¿Doble vara de medir? El mundo al revés», se quejó en su cuenta e Twitter.
Convencidos de que la elevada abstención del electorado socialista que ha causado el descalabro del PSOE andaluz se ha debido al rechazo que provoca la figura de Díaz, los dirigentes federales podrían plantearse el horizonte de un congreso regional extraordinario.
En su reunión de este martes, Sánchez y los suyos tendrán también que analizar el efecto de los resultados de las elecciones andaluzas en los comicios municipales, autonómicos y europeos del 26 de mayo y la posible repercusión de la fragmentación del arco parlamentario andaluz en las próximas generales.
Aunque la dirección socialista ya ha calculado que con la misma participación que hubo el domingo en Andalucía los resultados no se repetirían a nivel nacional, sobre la mesa de los socialistas hay este martes una gran llamada de atención a Pedro Sánchez, por haber perdido el feudo por antonomasia del PSOE en España durante los últimos 36 años.
La espectacular irrupción de Vox y su impacto en la vida política del país, que según los expertos provocará más crispación e inestabilidad institucional, es otra de las claves del análisis que Sánchez abordará este martes en Ferraz.