Rodalies, el servicio de trenes de cercanías de Cataluña, ha generado una cierta polémica por un hilo de Twitter que rechaza la presencia de vendedores ambulantes ilegales en las estaciones de tren, y que la CUP ha calificado de «racista».
En varios mensajes en la red social, este servicio público dependiente de la Generalitat y de Renfe mostraba la situación habitual en algunas estaciones donde los manteros copan los espacios comunes.
Afirman que han pedido a los cuerpos policiales que intensifiquen su presencia disuasoria, por el momento sin consecuencias.
«Durante este año desde Renfe se han hecho unas 600 llamadas al 112 denunciando esta situación, que puede derivar en un grave problema de seguridad», expresa el perfil oficial de dicha entidad.
Por ello piden a los usuarios del tren que no compren artículos a estos vendedores ilegales: «quizás así conseguiremos que se vayan», sentencian.
En este contexto los anticapitalistas de la CUP han interpelado a Rodalies, apuntando que ese relato tiene connotaciones racistas y clasistas.
«No debemos conseguir que se marche nadie del transporte público. Ni vulnerar los derechos humanos. Hay otros problemas en el transporte público, como por ejemplo su encarecimiento o la calidad del servicio», han afirmado.