El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha pospuesto la última sesión del Debate de Política General, que debía celebrarse este jueves a las 12 pero se ha ido posponiendo por la polémica de JxCat y ERC sobre cómo aplicar las suspensiones de los diputados dictadas por el Tribunal Supremo.
Fuentes parlamentarias han explicado que lo ha decidido la Junta de Portavoces a petición de algunos grupos, teniendo en cuenta que aún se debía celebrar una reunión de la Mesa y de la Junta para abordar varias peticiones de reconsideración, por lo que el pleno iba a comenzar muy tarde.
Otras fuentes parlamentarias afirman que el pleno será la semana que viene y que con toda probabilidad la fecha elegida será el martes por la tarde: si no hay más contratiempos, con dos horas debería bastar para votar las propuestas de resolución de los grupos y cerrar el debate.
Las mismas fuentes señalan que la fecha acabará de decidirse este viernes, y, si se confirma que es el martes, la próxima semana habrá tres plenos: el final del Debate de Política General; uno monográfico de Cs sobre convivencia, y otro ordinario.
LA PRINCIPAL INCÓGNITA
El Debate de Política General se ha pospuesto sin resolverse la principal incógnita: los letrados de la Cámara advierten de que el documento que ha presentado JxCat para que voten sus diputados procesados podrían contravenir el auto del Tribunal Supremo.
El Parlament ha vivido uno de los días más intensos de la legislatura: la jornada se ha abierto con una crisis JxCat-ERC porque no se ponían de acuerdo sobre cómo afrontar el tema de los diputados suspendidos, y cuando lo han hecho, los letrados han advertido de que este acuerdo tenía fisuras.
La opinión de los letrados no es vinculante, por lo que Torrent podría celebrar el pleno, pero grupos de la oposición como Cs y PSC ya han anunciado que tomarán medidas legales porque consideran que no se está acatando al Supremo.
La controversia vivida en la Cámara ha dejado en un segundo plano las resoluciones que estaba previsto que el Parlament aprobara este jueves, como una que pretendía reprobar al Rey, y otra que pedía un referéndum pactado con el Gobierno central sin fijar plazos para la negociación.