La elección de Pablo Casado como nuevo presidente del PP ha obtenido una primera acogida claramente favorable entre los votantes populares (70 % la considera acertada), pero también entre algo más de la mitad de los votantes de Ciudadanos (52 %) y un tercio de los del PSOE (32 %). Este es uno de los datos que revela el sondeo realizado por Metroscopia en todo el territorio español para Ultima Hora y otros periódicos regionales.
La positiva acogida a Pablo Casado guarda sin duda relación directa con la creencia del electorado popular de que tras la elección del nuevo líder, el partido no solo está ahora unido (lo dice el 68 %) sino, además, en mejores condiciones que antes de ganar unas elecciones generales (lo piensa el 53 % de quienes le dieron su voto en 2016). Entre el conjunto de la ciudadanía española el diagnóstico, en este sentido, es más reticente: el 42 % de los españoles considera un acierto la elección de Casado, el 40 % cree que el PP está ahora unido y el 31 % que ha mejorado sus probabilidades electorales.
Más a la derecha
Esta buena acogida de la elección de Casado resulta quizá llamativa teniendo en cuenta que el electorado ‘popular' cree, por un lado, que con él como presidente, el partido queda situado ideológicamente más a la derecha que antes (lo dice el 50 %), y, por otro, que los propios votantes del PP ubican a Casado en la escala izquierda/derecha (en la que el 0 equivale a una posición de extrema izquierda y el 10 a una de extrema derecha) más escorado a la derecha (7.4) que como ellos mismos se perciben (6.4).
Ciertamente esta relativa divergencia ideológica entre votantes y líderes del PP no es nueva: desde hace años ha sido regularmente detectada por los sondeos. La diferencia en el momento actual es que nunca antes en la escena política el PP había tenido un competidor por el espacio del centroderecha tan potente como está resultando ser Ciudadanos.
Queda por ver si este reagrupamiento del electorado en torno a su nuevo líder que registra este sondeo de urgencia (y que puede contener sustanciales dosis de reacción emocional tras un período de clara bifurcación afectiva entre liderazgo y votantes) se traduce en un equivalente reforzamiento del PP en el actual mapa político.