El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, considera que si no hubiese sido por la «notoriedad pública» de Jaume Matas, exministro y expresidente 'popular' del Govern balear, probablemente la Junta de Tratamiento del centro penitenciario habría recomendado por unanimidad concederle el tercer grado.
«Probablemente, de no haberse llamado Jaume Matas no se habría dado esa circunstancia, por mi experiencia, probablemente se habría dado unanimidad en el tercer grado, como se deduce de los informes que rubrican los diferentes técnicos», ha dicho en una entrevista en la Cadena SER.
Esos informes, ha precisado, «no discrepan de la circunstancia criminológica, o delictiva, o sociofamiliar del interno», sino «exclusivamente por la notoriedad y la necesidad, de alguna forma, de que cumpla la pena en un régimen más estricto».
Yuste ha explicado que, en el informe de la Junta de Tratamiento de la prisión de Segovia, cinco de sus miembros se pronunciaron a favor del segundo grado y otros tres defendieron el tercer grado, que es por el que finalmente ha optado la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. En virtud de esa decisión Matas dejó el pasado viernes la cárcel de Segovia, dormirá en un centro de inserción social dependiente de la prisión y podrá quedarse en su domicilio los fines de semana.
Sin embargo, ha añadido que, además de que ese informe «no es vinculante», los partidarios de aplicar el segundo grado a Matas «dan argumentos que llevarían necesariamente a darle el tercero», porque afirman que el interno tiene la capacidad de llevar a cabo un régimen de vida en semilibertad. «Por lo tanto, decir que nuestra decisión es contraria a la Junta de Tratamiento es, cuanto menos, inexacta», ha concluido.
El responsable de Prisiones, que ha solicitado comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar una decisión que ha generado polémica, ha indicado que, en el caso de Matas, ya ha cumplido un tercio de los nueve meses de cárcel a los que fue condenado por tráfico de influencias, no había estado en prisión anteriormente y concurren en él «unas circunstancias muy favorables», mencionando concretamente su capacidad de pasar a un régimen de semilibertad.
Ese último aspecto es, según Yuste, el que ha llevado a la Secretaría General, «de acuerdo con los precedentes más consolidados en esta materia y con la letra y el espíritu de la legislación penitenciaria», a conceder el tercer grado al expresidente balear.
Además, ha asegurado que es bastante habitual que Instituciones Penitenciarias discrepe de la opinión de la Junta de Tratamiento y ha destacado que el sistema español es «garantista», con órganos colegiados y órganos unipersonales que complementan sus atribuciones y competencias.