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Los etarras volvieron a llevarse las armas tras enseñarlas a los verificadores

Los miembros de la denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV) que el pasado viernes anunció que ETA deja fuera de uso parte de su armamento, Chris Maccabe (d), Ronnie Kasrils (2i) y Ram Manikkalingam (2d), posan junto al lehendakari, Íñigo Urkullu (c). | Efe

| Madrid |

Los «verificadores» han declarado este domingo ante el juez que varios etarras les mostraron unas armas en un piso de Toulouse (Francia) con el «compromiso verbal» de dejarlas fuera de uso y después las guardaron en una caja de cartón y se las llevaron, tras grabar el vídeo difundido posteriormente.

Los tres miembros de la denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV), Ram Manikkalingam (Sri Lanka), Ronnie Kasrils (Sudáfrica) y Chris Maccabe (Reino Unido), han contado con el apoyo y el «aval» del lehendakari, Iñigo Urkullu, que se ha reunido con ellos en Madrid antes y después de comparecer como testigos ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno.

Moreno y la fiscal Carmen Monfort les han tomado declaración durante unas dos horas y media sobre el paradero de los etarras con los que se reunieron, a petición del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) y con el apoyo de la Fiscalía.

Los «verificadores» Ram Manikkalingam y Ronnie Kasrils recibieron una carta anónima en la que les dijeron que fueran a Toulouse a finales de enero, adonde se desplazaron en tren, según fuentes jurídicas.

Allí, Manikkalingam y Kasrils fueron recibidos por «un hombre con gafas y con gorro» que les esperaba en un coche y les llevó directamente a un edificio, al que entraron por el garaje y subieron a una habitación, donde les mostraron las armas y la munición que aparecen en el vídeo.

En la habitación, dos encapuchados les ofrecieron un listado de armas con el «compromiso verbal» de que estaban selladas y, en ese momento, delante de ellos, las metieron en una caja de cartón, las precintaron y los encapuchados se quedaron con la caja.

Manikkalingam, portavoz de la denominada Comisión Internacional de Verificación, ha manifestado al juez que recibió la primera carta anónima de ETA en Amsterdam en junio o julio de 2011.

Ha indicado que los «verificadores» siempre se han reunido en Bilbao, donde han mantenido contactos con partidos políticos, empresarios, el Obispado y representantes de la sociedad vasca.

Los «verificadores», que cobran 750 euros al día por su trabajo, están financiados por un grupo con sede en Amsterdam llamado Dialogue Advisory Group (DAG) y por algún gobierno escandinavo, según las mismas fuentes.

Tras comparecer ante el magistrado, Manikkalingam ha leído una declaración en inglés a las puertas de la Audiencia Nacional, en la que ha destacado que los «verificadores» son «profesionales con experiencia» convencidos de que hay «una genuina oportunidad para la paz».

«Estamos aquí porque queremos ser transparentes y hemos colaborado con el juez Ismael Moreno», ha recalcado el portavoz de la CIV, quien ha agregado que están trabajando por «la consolidación de la paz y la coexistencia en el País Vasco».

Ha recordado que hace tres años que ETA declaró un alto el fuego permanente, unilateral y verificable y que ha mantenido sus compromisos.

Manikkalingam ha apuntado que, ahora, ETA ha expresado su compromiso unilateral de dejar fuera de uso parte de su armamento.

«Estamos aquí para ayudar a que esto se lleve a cabo en interés no solo de todas las personas que viven en el País Vasco, sino en el resto de España», ha remarcado.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el secretario general para la Paz y la Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, se han reunido en un hotel de Madrid con los tres «verificadores», antes y después de su comparecencia en la Audiencia Nacional, para expresarles el «aval» del Ejecutivo vasco.

Fernández ha pedido a los poderes del Estado que reflexionen sobre las «consecuencias» de someter a la sociedad vasca «a un estado de convulsión permanente» y de «espasmos uno detrás de otro» en relación a la banda terrorista ETA.

«Esto no es bueno, no es sano. Estamos gestionando una buena noticia, la noticia de la paz», ha enfatizado Fernández, quien también ha llamado a ETA a reflexionar sobre las consecuencias de la «dilatación del final de su existencia» y a todas las fuerzas políticas e instituciones a crear un espacio de trabajo compartido y de cooperación para llevar a buen término el proceso de paz vasco.

Por su parte, Manikkalingam ha agradecido el «coraje» del lehendakari para impulsar con su presencia hoy en Madrid la labor de los «verificadores» del desarme parcial de ETA.

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