La séptima y más polémica reforma educativa de la democracia, liderada por José Ignacio Wert, ha recibido su aprobación final en el Congreso gracias a la mayoría absoluta del PP, ya que los grupos de la oposición, salvo UPN que se ha abstenido, han manifestado su rotundo rechazo a la norma. El proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha recibido 182 votos a favor, 143 en contra y dos abstenciones, ya que, a la del diputado de UPN, Carlos Salvador, se ha unido, por error, la de un diputado socialista.
En el último debate parlamentario sobre la reforma, Wert ha confiado en que comience ahora «un tiempo de construir», pero la oposición le ha anunciado su intención de derogarla en cuanto cambie el partido en el Gobierno. Catalunya, País Vasco y Andalucía tienen previsto recurrir la norma ante el Constitucional. Precisamente, y justo después de la aprobación, el Gobierno canario ha anunciado también que recurrirá la ley al TC.
Reprobación
Durante el pleno se ha rechazado la petición del PSOE de reprobar al ministro por su gestión (segunda a la que se enfrentaba en la legislatura). La norma empezará a implantarse en el curso 2014-15 en Primaria y FP Básica, mientras que para Secundaria y Bachillerato será a partir del 2015-16. La oposición ha vuelto a verter duras críticas a esta ley, que derogará en cuanto haya cambio de partido en el Gobierno y no será acatada por los grupos nacionalistas e Izquierda Plural.
Invade competencias, es españolizadora, reaccionaria, clasista, ataca el modelo de inmersión lingüística, minusvalora a la educación pública, no es laica, retira la asignatura Educación por la Ciudadanía y defiende la educación diferenciada por sexos son algunos de los reproches vertidos a la LOMCE. La anécdota la protagonizó la vicepresidenta Sáenz de Santamaría al votar por error a favor de la petición del PSOE de reprobar la gestión del ministro Wert, una iniciativa a la que el resto del Grupo Popular y UPN han votado en contra.