Impulsora de importantes iniciativas sociales y culturales, solidaria ante dramas cotidianos y grandes tragedias humanitarias, la Reina, que cumple hoy 75 años, ha reafirmado en los últimos tiempos su valor como factor de cohesión para hacer visible la unidad de su familia ante las adversidades.
Tras la imputación de Iñaki Urdangarin en el 'caso Nóos' y el controvertido viaje del Rey a Botsuana, doña Sofía se ha esforzado, en ejercicio de su condición de madre y abuela, en propiciar ocasiones para mostrar públicamente esa imagen, con gestos como la visita a la infanta Cristina en Washington y las imágenes, en Madrid y Palma, con sus ocho nietos, sus hijas y doña Letizia.
La dedicación a la familia ha sido siempre una de sus grandes pasiones, junto a la determinación por «ser útil a España», que ha hecho patente no sólo en innumerables actividades oficiales en representación de la Corona, sino también con proyectos impulsados personalmente a través de la fundación que lleva su nombre, constituida en 1977 gracias a un pequeño capital aportado por ella.
Durante los últimos 20 años, al frente de la Fundación Reina Sofía, ha promovido proyectos educativos, sanitarios y humanitarios para ayudar a niños, mayores, inmigrantes y discapacitados en Iberoamérica, África y Oriente Próximo, pero también en España, donde, en los últimos años, ha ofrecido un creciente apoyo a los más desfavorecidos por la crisis económica.
Todo ello sin olvidar su trabajo de fomento de la cultura, alentado por el gran interés que siempre ha mostrado en el arte, la música, la poesía y la arqueología, al que se suma asimismo su afición por el deporte.