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Mas se compromete a hacer la consulta «bajo el marco legal que la ampare»

Artur Mas, durante la sesión de investidura en el Parlament de Cataluña. | GUSTAU NACARINO

| Barcelona |

El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, se ha comprometido este jueves ante el Parlament a convocar en la X legislatura catalana, que ahora empieza, una consulta de autodeterminación «bajo el marco legal que la ampare».

Sin referirse explícitamente a 2014 --fecha que establece el acuerdo que el miércoles firmaron CiU y ERC--, ha asegurado, en su discurso del debate de investidura, que impulsará la consulta buscando un «consenso amplio» con partidos y con agentes económicos y sociales.

Según él, el proceso que ha iniciado Catalunya hacia su autodeterminación debe culminar con que la ciudadanía catalana tenga la «última palabra», y ha lamentado la reacción de hostilidad que a su juicio está teniendo el Gobierno central.

A su juicio, desde la anterior legislatura hasta ahora no se han restablecido puentes, sino que la reacción contra Catalunya es aún «más intensa"; y más, después del 'no' del Gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal.

Por eso, ha argumentado la necesidad de adoptar una «nueva mentalidad para construir un nuevo futuro» en que los catalanes dependan de sí mismos, lo que pasa por ejercer el derecho a decidir y hacer la consulta.

Para Mas, Catalunya debe aceptar que España no quiere ser cambiada, y ha admitido que el Estado está en su derecho, pero «también debería aceptar que Catalunya no quiere ser ni absorbida ni asimilada ni homogeneizada».

«España sigue viéndose e interpretándose com una mirada y una pulsión centralistas: el mapa determina que todo lo que es importante empieza y acaba en Madrid. Y una parte muy mayoritaria de la sociedad catlaan no comparte este mapa. Lo quiere cambiar», ha dicho.

Modelos de financiación y estatutos

También ha destacado que la decisión del futuro político de Catalunya obliga a confrontar modelos políticos, y que el único límite que se debe poner como demócratas «es que la última palabra sólo la tiene el pueblo y que su voluntad, sea coincidente o no con los planteamientos iniciales, debe ser acatada y aceptada».

Ha subrayado que Catalunya ha sido leal con el Estado proponiendo modelos de financiación diversos, nuevos estatutos y marcos para aumentar su autogobierno, pero como respuesta ha recibido «ataques a su modelo lingüístico y educativo, lecturas restrictivas de la Constitución para empequeñecer su autogobierno, déficits notables de inversión en infraestructuras productivas que podían fortalecer su economía, y modelos de financiación de difícil comprensión».

Esta situación -ha señalado- ha llevado a muchos catalanes a plantearse si quieren ser responsables de sus propias decisiones o seguir en un Estado que quiere «empequeñecer a Catalunya como nación, que dificulta su crecimiento económico y el mantenimiento de su Estado del Bienestar».

Así, ha apelado a la responsabilidad del Parlament para facilitar un proceso negociado y dialogado para buscar los marcos legales necesarios que amparen la consulta, y a actuar con la voluntad para alcanzar los máximos consensos en los procedimientos y procesos que habrá que llevar a cabo para su desarrollo.

Para el presidente, hay que asumir la responsabilidad de dar respuesta a este reto democrático, pero «no desde la descalificación y la negación de derechos».

Seguir explicándose al mundo

A la espera de cuando se convoque la consulta, ha emplazado a trabajar en la definición y el desarrollo de las «estructuras de Estado» necesarias para afrontar este proceso, tales como disponer de una hacienda catalana, y a dedicar esfuerzos a explicar a Europa y al mundo las reinvidicaciones de Catalunya.

«Aspiramos a ser un país normal, como otros en el mundo», ha resaltado el presidente en funciones, tras defender que Catalunya dispone de todos los atributos necesarios para ser considerado así.

También ha advertido del interés que despierta en Europa y el mundo el proceso catalán, por lo que ha llamado a actuar «bien, sin errores innecesarios, sin ingenuidades, y aplicando el sentido político» con que actúan los países en el contexto internacional.

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