La Cumbre Iberoamericana fue inaugurada ayer con un llamamiento a que España y Portugal aprovechen la bonanza económica que vive Latinoamérica para estimular su crecimiento al conmemorarse el bicentenario de la constitución liberal de Cádiz.
La cita de Cádiz, que tiene un marcado perfil económico, fue inaugurada por el rey Juan Carlos en el Gran Teatro Falla poco después de que los mandatarios visitaran el Oratorio de San Felipe Neri, donde se proclamó en 1812 la primera constitución liberal de España.
La Pepa
En su discurso de inauguración, el Rey, que puso de relieve la vinculación histórica de Lisboa con Iberoamérica en unas palabras en español y portugués, valoró la contribución de los diputados de ultramar a la Constitución de 1812, «semilla de ideas de libertad que influyó a su vez en Cartas Magnas de naciones americanas y europeas».
En su intervención, instó a profundizar en la cooperación entre los países que componen Iberoamérica, para «hacerse oír en el mundo con una sola voz» y a escuchar a los ciudadanos.
El Rey consideró que «Iberoamérica está en alza» y que aunque persisten las desigualdades, hay una clase media pujante que lucha por encontrar su sitio en esta nueva sociedad.
Para el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, España y Portugal atraviesan en estos momento una aguda crisis económica con «profundas repercusiones sociales», mientras que los países americanos atraviesan una década de bonanza reflejada en altas tasas de crecimiento y fuerte caída de la pobreza.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, consideró en su intervención que América Latina puede aportar mucho a España y a Europa en momentos de dificultad como el actual después del éxito que ha tenido debido a su «determinación, esfuerzo y paciencia» y a combinar la austeridad con políticas propias de crecimiento y cohesión social.
«Más América Latina en Europa y en España es una receta imbatible para afrontar los actuales desafíos», recalcó Rajoy.
A la ceremonia asistieron 15 jefes de Estado y Gobierno, así como la Reina, los príncipes de Asturias y cancilleres de toda la comunidad iberoamericana.
A la cumbre también asisten invitados especiales como el presidente de Haití, Michel Martelly, ya que su país recibirá en la cumbre el estatus de observador y el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Saadedín al Otmani.