El Rey expresó ayer al presidente francés, Nicolas Sarkozy, el «profundo agradecimiento» de los españoles por la «ejemplar cooperación policial y judicial» de su país, así como por los resultados alcanzados en la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada.
Los Reyes y los Príncipes fueron ayer los anfitriones de Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, en el primer día de su visita oficial a España, un viaje que ha despertado una inusitada expectación mediática por la presencia de la ex modelo y cantante italiana.
«Que los españoles sepan que son queridos en Francia y que mis compatriotas sepan que los españoles esperan mucho de Francia», dijo Sarkozy ante los franceses reunidos en la Embajada de Francia.
La primera parada de Sarkozy y Bruni fue el Palacio de El Pardo, donde ambos se alojan y donde los Reyes les dieron la bienvenida con honores militares.
Don Juan Carlos y Sarkozy saludaron a las delegaciones de los dos países, la española encabezada por el presidente Zapatero.
El siguiente acto tuvo lugar en el Palacio de la Zarzuela, donde los príncipes de Asturias se sumaron a los Reyes para compartir un almuerzo con el matrimonio Sarkozy. Posteriormente, los Reyes fueron sus cicerones en el Museo del Prado.
El punto culminante fue la cena de gala en el Palacio Real, a la que asistió también Zapatero junto a las altas instituciones del Estado, los portavoces parlamentarios, empresarios y representantes de la cultura y otros ámbitos sociales.
En el brindis de la cena, don Juan Carlos subrayó que sólo «a través de la acción coordinada y del mayor compromiso con las instancias multilaterales» se logrará superar la «grave crisis económica y financiera» que vive el mundo, «con un muy duro impacto sobre tantas familias».
«Aún queda mucho por hacer; nuestros dos Gobiernos deben proseguir sin descanso en su trabajo por superar las barreras naturales que dificultan la comunicación» entre ambos países, señaló el Monarca, quien agradeció a Sarkozy, en referencia a las cumbres del G-20, su esfuerzo para que se reconozca el papel que España «puede y debe» desempeñar.