A diez días de que finalice el año, la negociación de la financiación autonómica entra en la recta final y el Gobierno y las comunidades apuran el plazo para tratar de cerrar un acuerdo, antes del 31 de diciembre, que beneficie a las autonomías y palíe las deficiencias del sistema actual.
El Ejecutivo defiende que es perfectamente compatible que haya reuniones conjuntas con todas las comunidades autónomas, y al mismo tiempo con los gobiernos regionales por separado, en respuesta a las críticas que ha recibido en las últimas horas del PP tras las reuniones mantenidas con los presidentes de Catalunya y Andalucía.
En este sentido se ha pronunciado también el portavoz de CiU en el Parlament, Oriol Pujol, quien ha tildado de «puro teatrillo» el encuentro entre Zapatero y Montilla, antes de augurar que el presidente de la Generalitat no logrará más que un acuerdo que caracterizó como «nuevo café para todos».
Frente a estas críticas, la Junta de Andalucía ha calificado la reunión de ayer de «fructífera» y ha valorado la receptividad que ha percibido del Gobierno ante todos los principios que defiende la comunidad autónoma, como que la población sea el eje del nuevo modelo.
El vicepresidente primero de la Junta, Gaspar Zarrías, ha presentado a esta comunidad como «garante» de que el acuerdo será multilateral entre todas las comunidades.
También el titular de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, tratará de «cerrar un acuerdo» con el jefe del Ejecutivo en una reunión que tienen prevista para los próximos días.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ha pedido a Zapatero que convoque una reunión con Rajoy para cerrar el nuevo modelo, un proceso negociador que ha calificado de «urgente».