La dirección nacional del PP ha recibido con malestar la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de remodelar su gobierno autonómico, excluyendo a dos consejeros que públicamente habían expresado su respaldo a Mariano Rajoy. De hecho, interpretan estos cambios como una «vendetta».
Además, fuentes próximas a Mariano Rajoy destacan también el hecho de que la jefa del Ejecutivo autonómico haya hecho público este reajuste gubernamental precisamente tres días después del cónclave de Valencia sin «guardar las formas» y sin esperar al menos a la vuelta del verano. «Ha tomado la decisión precipitadamente y además con nocturnidad y alevosía», resumió gráficamente un diputado, sorprendido por el hecho de que los cambios se dieran a conocer rozando casi el filo de la medianoche.
Varios dirigentes del PP coinciden en que la actuación de Aguirre en ese momento «huele a venganza», dado que salen del gobierno Manuel Lamela y Alfredo Prada, dos consejeros que se han integrado en la candidatura de Rajoy. El primero forma parte de la Junta Directiva Nacional, y el segundo del Comité Ejecutivo a propuesta del presidente del PP.
Un miembro de la nueva Ejecutiva opina que el comportamiento de la presidenta de la Comunidad de Madrid obedece a «una pataleta de los perdedores», critica que tome este tipo de decisiones «en caliente» y augura que esto no le traerá beneficios ni en su propio feudo.
Por su parte, el 'fichaje estrella' del PP Manuel Pizarro eludió confirmar si ha rechazado formar parte del Gobierno de Aguirre. Pizarro no forma parte del nuevo equipo de dirección de Rajoy y ni siquiera del Comité Ejecutivo Nacional, aunque sí es miembro del Comité Ejecutivo de Madrid por designación directa de Aguirre.
Según informaciones periodísticas, Pizarro ha rechazado formar parte del nuevo Gobierno de Esperanza Aguirre.