OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN
Nuevo golpe policial al entramado de ETA. En esta ocasión fue una nueva operación contra la 'kale borroka' que se saldó con la detención de cuatro jóvenes sospechosos de actos de violencia callejera y el registro de 18 viviendas. El Ministerio del Interior señaló que los cuatro arrestados formaban parte de un grupo de apoyo a ETA encargado de perpetrar actos de kale borroka en la capital guipuzcoana. Tras estas detenciones, la policía da por desarticulada la estructura de la organización ilegal Segi en San Sebastián y reconoce que ha incautado importante documentación.
La operación fue llevada a cabo por agentes del Cuerpo Nacional de Policía dirigidos por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, en distintos barrios de San Sebastián. Este operativo es consecuencia del que se llevó a cabo el pasado 30 de octubre, también en la capital guipuzcoana, y en la que fueron detenidas siete personas, cinco de la cuales permanecen en prisión. A ellas hay que sumar las operaciones realizadas por la Policía contra el terrorismo urbano en Vizcaya y Alava desde el pasado verano.
En este último golpe a la 'kale borroka' los agentes detuvieron a cuatro jóvenes de edades comprendidas entre los 21 y los 28 años que formaban lo que Interior considera un grupo de apoyo a la organización terrorista ETA. Su misión era perpetrar atentados mediante la confección y lanzamiento de artefactos explosivos e incendiarios contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, edificios oficiales, sedes de partidos políticos, entidades bancarias y de ahorro, estaciones y unidades de ferrocarril, transportes públicos y mobiliario urbano.
Las operaciones que desde el pasado verano vienen golpeando la estructura de la 'kale borroka' en las tres capitales vascas tienen un objetivo: «evitar la reproducción de ETA». Así lo aseguró ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tras aplaudir las últimas detenciones realizadas la pasada madrugada en San Sebastián, advirtió que esta labor es muy importante ya que el 30% de los jóvenes que empieza con «la llamada violencia callejera de baja intensidad» acaba participando de «la violencia de alta intensidad», es decir, en ETA.