El Gobierno español afirmó ayer que la comunidad mundial vive «horas tristes» por la gravedad del estado de salud del Papa, al tiempo que los obispos pedían a los fieles españoles que orasen por su Santidad y todos destacaban su personalidad y entrega.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que Juan Pablo II dedicó «todos sus esfuerzos» durante su pontificado a la comunidad mundial, que vive «horas tristes» por su estado de salud.
En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernández de la Vega leyó una declaración institucional del Gobierno en la que trasladó a la Iglesia Católica y al Vaticano la «solidaridad» del Ejecutivo en los «momentos críticos para el Santo Padre».
Desde el PP, su secretario general, Angel Acebes, transmitía a Juan Pablo II la «solidaridad», «cercanía» y «cariño» de su partido y reconocía el «liderazgo religioso y moral» del Pontífice, «que se extiende al conjunto de la humanidad».
«En una habitación de la plaza de San Pedro» está sufriendo «uno de los grandes hombres de la historia de la humanidad», dijo Acebes en rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del partido.También Llamazares y Fidalgo expresaron su pesar por la situación del Papa.
Así el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, afirmó su deseo de que el Papa «supere el trance» en el que está sumido, mientras que el líder de CC OO, José María Fidalgo, llamó a respetar el «doloroso tramo final» del Pontífice y lamentó además que «en algunos momentos se ha podido dar la sensación al mundo de que la proyección del sufrimiento de una persona se hace a cualquier precio».