España, Francia y Alemania constataron ayer en la primera reunión trilateral su identidad de criterio en política internacional y en la construcción europea, con un apoyo al papel «vital» de la Constitución de la UE, aunque defendieron enfoques distintos sobre el reparto de fondos comunitarios. El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, mantuvieron una reunión de trabajo en el Palacio de La Moncloa que, según el anfitrión, permitió comprobar que «la vieja Europa está como nueva». Zapatero saludó con contundencia el retorno de España «al corazón de las decisiones europeas».
Los tres «fervientes europeístas» dedicaron especial atención al proceso de ratificación de la Constitución de la UE, que garantiza a su juicio el progreso social de los europeos, y confiaron en que el Tratado sea ratificado en todo el territorio de la Unión. Rodríguez Zapatero invitó a Chirac y Schröder a participar en un acto de campaña en favor de la Constitución, que contará también con la presencia de «algún representante más» de la UE, y subrayó que los tres coinciden en la necesidad de «apoyar a fondo» la ratificación. Este será también el asunto central de la próxima reunión, que, según acordaron los tres líderes, en una cena posterior a su comparecencia ante los informadores, se celebrará antes de fin de año en Alemania.
La reunión trilateral confirmó que las negociaciones sobre el reparto de fondos comunitarios para el periodo 2007-2013 constituye «uno de los pocos asuntos» en que los tres países defienden enfoques distintos, en palabras de Chirac, quien mostró la voluntad común de trabajar para llegar a un compromiso «lo más satisfactorio posible». El presidente francés se mostró comprensivo con las reivindicaciones de España y Alemania y se felicitó de que ninguno de los tres países plantea ahora sus posiciones con «arrogancia», una actitud que «siempre desemboca en el fracaso».