El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió ayer que la Asamblea Extraordinaria que se celebrará a finales de año sea un debate «abierto y a fondo» que permita analizar los malos resultados electorales, la frágil situación interna y definir la estrategia de oposición al Gobierno.
El Consejo Político de IU aprobó ayer la propuesta del coordinador general de la coalición, Gaspar Llamazares, de convocar una asamblea extraordinaria a finales de año para relanzar su proyecto. Llamazares justificó esta petición basándose en los malos resultados de la formación tras las elecciones generales y europeas, y en la deficiente situación interna del partido. Sin embargo, esta propuesta sólo fue respaldada por el 63 por ciento de los 141 miembros del Consejo, mientras que el 21,9 por ciento votó el contra y el 14,9 se abstuvo.
De esta forma, el máximo órgano de dirección entre asambleas dió el visto bueno a una medida de carácter extraordinario que la Presidencia Permanente de la formación aprobó cinco días después de las elecciones europeas, por 37 votos a favor, nueve en contra y 6 abstenciones. Según explicó el líder de IU, esta asamblea debe servir para definir la «estrategia propia» del partido en una nueva etapa política, aunque subrayó que se mantendrá el proyecto de la formación como reflejo de la izquierda plural.El líder de IU reconoció en el Consejo Político del partido, la «situación declinante y débil» y los malos resultados electorales de IU, dejando claro que el partido «no ha cumplido ni siquiera el objetivo de mantener el voto de las generales» en las europeas. A su juicio, el resultado del 13-J demuestra «nuestras dificulatdes para movilizar el voto político de la izquierda y para trasladar el conflicto social al voto político». Por eso pidió una asamblea, que deseó «convertir en un debate sin límites y en un resulsivo para recuperar la ilusión».
En su intervención, Llamazares se refirió a las elecciones europeas para explicar que la abstención ha supuesto la deslegitimación de una UE «sin corazón democrático y social», que «no es capaz de transformar la política exterior en una política propia». En la reciente Cumbre de Berlín, el líder de IU afirmó que la unión política europea está en una «situación de crisis», demostrada por la baja participación de sus ciudadanos en las urnas.