Aznar se reunió ayer en Consejo de Ministros extraordinario para dar luz verde a la disolución de las Cortes y anunciar la convocatoria de las elecciones generales el próximo 14 de marzo -que publicará hoy el BOE-. El líder del Ejecutivo expresó que termina su mandato sin intención de «girar la cabeza» y «con la conciencia tranquila». «Dejo cumplidos todos mis compromisos», señaló agregando que «honradamente» considera que España «es mejor en 2004 que en 1996».
«Me voy serenamente orgulloso», recalcó, recordando que a partir de ahora seguirá siendo presidente «hasta que haya otro y espero que sea Rajoy», y que se dedicará, como todos saben, a presidir la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). «Buscaré un lugar apacible y tranquilo en la vida española. «Ahora no aspiro a nunguna candidatura europea. Me dedicaré a no molestar», matizó.
No obstante, recordó que el PP sabe que está a su disposición y que si Mariano Rajoy, de llegar a ser presidente, pide su opinión en algo se la dará. Pese a todo insistió en que todavía es el jefe del Ejecutivo por lo que tendrá tiempo de «estar ocupado estos meses, que es lo que me gusta».El éxito de estos ocho años de Gobierno, según sus palabras, están en que el Ejecutivo que ha dirigido ha llevado a cabo una política «reformista y de centro», caracterizada por «el diálogo, el consenso y la estabilidad, presentes en todo momento». Una legislatura, por tanto «de intensa obra de Gobierno» de la que dijo sentirse «satisfecho». «El Gobierno anunció diálogo en todas sus iniciativas y también lo ha tenido permanentemente con los ciudadanos», aclaró, destacando el «cambio importante» que ha experimentado España estos últimos ocho años.