La decisión de Rodríguez Zapatero de gobernar sólo si consigue más votos que el PP ha suscitado el rechazo tanto del Gobierno central, porque considera que no la llevará adelante, como del resto de partidos de la oposición, que aspiran a negociar con el PSOE para desalojar al PP del poder. El vicepresidente primero del Ejecutivo, Rodrigo Rato, fue el más contundente. «El señor Zapatero nos ha tenido que prometer algo que todos sabemos que no va a cumplir», dijo.
Rato aseguró que ésta es «una promesa probablemente forzada por las desconfianzas que están generando sus acuerdos en Catalunya y en otro lugar», su «incapacidad propia» para tener «una política nacional» y el hecho de no tener, según el vicepresidente, ni programa ni responsable económico. «La verdad es que cada día que pasa me convenzo más de la necesidad de que el PP gane estas elecciones de manera clara», sentenció.
Y a la oposición no le ha gustado esta decisión de Rodríguez Zapatero porque consideran que supone dar ventaja al PP. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, lamentó que el PSOE haga llamamientos al voto útil. «Si quieren poner puertas al campo, allá ellos», dijo, convencido de que no se puede aplazar la victoria de la izquierda y el paso del PP a la oposición a próximas elecciones. «No pueden irse de esta legislatura de rositas», dijo.CiU será, con toda probabilidad, una formación clave para decidir el nombre del próximo presidente del Gobierno, aunque ha anunciado que, de momento, no piensa apoyar la investidura. Su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida, pidió a Rodríguez Zapatero que aclare si «prefiere un Gobierno del PP a gobernar con el apoyo de CiU». Según el convergente, esta propuesta se acerca a la del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para excluir a los nacionalistas del Congreso, aunque «con más finura quiere excluir a los nacionalistas por voluntad política».