El nuevo president de la Generalitat, Pasqual Maragall, tomó ayer posesión de su cargo de manos del presidente del Parlament, Ernest Benach, y pronunció su primer discurso como máximo mandatario catalán reafirmando su compromiso de «convivir con los pueblos de España en lealtad y equidad», aunque «sin renunciar al proyecto más digno que un país pueda imaginar», en referencia a la necesidad de que se admita la «identidad propia de Catalunya» y «los cambios estatutarios y constitucionales necesarios».
Casi un millar de personas asistieron a la toma de posesión de Maragall como 127 presidente de la Generalitat en el Salón Sant Jordi del Palau. Maragall fue recibido con aplausos por decenas de simpatizantes.
El presidente del PSC fue arropado en su toma de posesión por numerosos dirigentes del PSC y el PSOE, encabezados por su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero y varios 'barones' socialistas.
Maragall, que se convirtió en presidente a las 12.12 horas, agradeció a Pujol su contribución «principal» en sus 23 años de gobierno, tantos que pensaba «que este momento no llegará nunca». Prometió tender «puentes de entendimiento» con España sin renunciar a la identidad propia, en un discurso en el que garantizó que «no hemos de romper nada, pero estiraremos de la cuerda que nos lleva a Europa y a un nuevo patriotismo».También tuvo palabras para sus socios de gobierno, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Saura y cerró su discurso con un «Visca Catalunya».